La decisión del Gobierno nacional de negociar la transmisión del fútbol "por los canales de aire" no hace más que resaltar cuán unitaria sigue siendo la televisión argentina. La TV nació en Argentina en 1951, en plena efervescencia peronista, y desde su nacimiento se mostró como un sistema altamente concentrado, con emisoras de cabecera en la ciudad de Buenos Aires. Cuando el gobierno alude a los "canales de aire", lo hace pensando en la audiencia porteña, en aquella que puede acceder en forma directa a los canales 13, 9, 11 y América. Y al 7, que en este caso actúa como estación cabecera de la transmisión del torneo de Primera A. El 7 es un canal estatal, solventado con fondos de todos los ciudadanos, incluidos los tucumanos. Sin embargo, el 7 no puede ser visto en forma directa en Tucumán, porque quedó inconclusa la instalación en la Provincia de una repetidora de esa televisora pública, que sería el Canal 12. En honor a la verdad, el kirchnerismo impulsó hace dos años la instalación de la repetidora, pero el trámite quedó trunco: el domingo, el gobernador Alperovich le dijo a LA GACETA que para concluir la instalación hace falta $1,5 millón y agregó que hay otras prioridades. Hasta ahora, el encargado de emitir los partidos fue Canal 10, una emisora estatal en la que la Provincia tiene el 30 % de las acciones y la Universidad Nacional de Tucumán el 70 % restante. Desde el 10 ya se anticipó que en la grilla del próximo fin de semana sólo se transmitirán los partidos más importantes. La federalización de la TV sigue siendo una deuda.