07 Julio 2009
Seguidores de Zelaya bloquean fábricas y rutas en Tegucigalpa
Manifestantes oficialistas volvieron a salir a las calles a reclamar la restitución del presidente. El gobierno que destituyó al presidente constitucional envía emisarios a Washington para explicar las razones del drástico cambio en el Ejecutivo. El presidente depuesto hace lo propio en procura de mayor respaldo de Estados Unidos. Investigan la muerte de dos manifestantes en los disturbios del domingo en el aeropuerto de Tegucigalpa. Surgen posibles mediadores.
ORGANIZACION. Activistas de Bloque Popular, una organización ligada a Zelaya, profundizan las protestas contra el gobierno interino y las Fuerzas Armadas. REUTER
TEGUCIGALPA.- Unas 3.000 personas que apoyan la restitución del presidente Manuel Zelaya volvieron a salir a las calles en Tegucigalpa, mientras el denominado Bloque Popular, que agrupa sindicatos y organizaciones sociales y coordina las protestas, anunció el corte de tránsito en carreteras y la paralización de actividades en industrias clave del país. Los manifestantes llevaban un maniquí cubierto por la bandera azul y blanca de Honduras y, al grito de ¡asesinos! se acercaron a los militares y a los policías que vigilaban los alrededores de la casa presidencial.
Se trata de una intensificación de las medidas de presión contra el gobierno de Roberto Micheletti, un día después de que el Ejército impidió el aterrizaje del avión que llevaba a Zelaya de regreso a su país, desde Washington. Los incidentes registrados el domingo en el aeropuerto de Tocontín causaron dos muertes y una decena de heridos entre manifestantes que se enfrentaron con los soldados. Ayer la ciudad amaneció sin el servicio de vuelos aerocomerciales.
El Bloque Popular orienta las protestas para pedir el retorno del mandatario, sacado del país por el Ejército el 28 de junio y reemplazado por Micheletti, hasta entonces presidente del Congreso.
El detonante de la grave crisis fue la intención de Zelaya de realizar ese día un plebiscito sobre la reelección presidencial, pese al rechazo del Parlamento y a que un juez declaró inconstitucional tal convocatoria. El conflicto de poderes llegó a la cúpula castrense, ya que el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas se negó a cumplir la orden de repartir las urnas para celebrar la consulta. Zelaya lo destituyó, pero después dio marcha atrás con su decisión. Las urnas llegaron desde Venezuela dos días antes de la fecha prevista para el referendo, pero para entonces la crisis ya había estallado.
"Tenemos a unas 3.000 personas en este plantón, podrían ser más pero entendemos que alguna gente está cansada después de una semana de protestas diarias y otros tienen miedo por las muertes del domingo", explicó Rafael Alegría, líder de la Central Nacional de Trabajadores del Campo. "Hay sectores tremendamente afectados por esta crisis, como el comercio, las expor- taciones, el transporte y el turismo, y eso empieza a impactar a los empresarios que apoyan el golpe", agregó Alegría, y dijo que el martes empezará a crecer la parálisis en sectores clave. "Los golpistas no van a poder resistir mucho tiempo", añadió el dirigente.
Honduras es el tercer país más pobre del continente americano y su economía depende de las exportaciones de banano y de café y de remesas que por U$S 2.500 millones envían sus emigrantes.
Los mayores jugadores del sector manufacturero de Honduras respaldaron ampliamente el derrocamiento de Zelaya porque les espantaba su acercamiento al líder venezolano, Hugo Chávez. Pero desde que fue expulsado del país a punta de rifle, la comunidad internacional ha rechazado al gobierno interino. Ya se han perdido cerca de 20.000 empleos en las fábricas de la ciudad de San Pedro Sula -producen desde ropa de diseño hasta cinturones de seguridad para autos- debido a una menor demanda desde Estados Unidos. (AFP-NA-DPA)
Se trata de una intensificación de las medidas de presión contra el gobierno de Roberto Micheletti, un día después de que el Ejército impidió el aterrizaje del avión que llevaba a Zelaya de regreso a su país, desde Washington. Los incidentes registrados el domingo en el aeropuerto de Tocontín causaron dos muertes y una decena de heridos entre manifestantes que se enfrentaron con los soldados. Ayer la ciudad amaneció sin el servicio de vuelos aerocomerciales.
El Bloque Popular orienta las protestas para pedir el retorno del mandatario, sacado del país por el Ejército el 28 de junio y reemplazado por Micheletti, hasta entonces presidente del Congreso.
El detonante de la grave crisis fue la intención de Zelaya de realizar ese día un plebiscito sobre la reelección presidencial, pese al rechazo del Parlamento y a que un juez declaró inconstitucional tal convocatoria. El conflicto de poderes llegó a la cúpula castrense, ya que el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas se negó a cumplir la orden de repartir las urnas para celebrar la consulta. Zelaya lo destituyó, pero después dio marcha atrás con su decisión. Las urnas llegaron desde Venezuela dos días antes de la fecha prevista para el referendo, pero para entonces la crisis ya había estallado.
"Tenemos a unas 3.000 personas en este plantón, podrían ser más pero entendemos que alguna gente está cansada después de una semana de protestas diarias y otros tienen miedo por las muertes del domingo", explicó Rafael Alegría, líder de la Central Nacional de Trabajadores del Campo. "Hay sectores tremendamente afectados por esta crisis, como el comercio, las expor- taciones, el transporte y el turismo, y eso empieza a impactar a los empresarios que apoyan el golpe", agregó Alegría, y dijo que el martes empezará a crecer la parálisis en sectores clave. "Los golpistas no van a poder resistir mucho tiempo", añadió el dirigente.
Honduras es el tercer país más pobre del continente americano y su economía depende de las exportaciones de banano y de café y de remesas que por U$S 2.500 millones envían sus emigrantes.
Los mayores jugadores del sector manufacturero de Honduras respaldaron ampliamente el derrocamiento de Zelaya porque les espantaba su acercamiento al líder venezolano, Hugo Chávez. Pero desde que fue expulsado del país a punta de rifle, la comunidad internacional ha rechazado al gobierno interino. Ya se han perdido cerca de 20.000 empleos en las fábricas de la ciudad de San Pedro Sula -producen desde ropa de diseño hasta cinturones de seguridad para autos- debido a una menor demanda desde Estados Unidos. (AFP-NA-DPA)
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