TEGUCIGALPA, Honduras.- El gobierno hondureño de facto que encabeza Roberto Micheletti, anunció sorpresivamente su salida de la Organización de Estados Americanos (OEA) en una maniobra que busca anticiparse a la segura suspensión que aplicará hoy sobre Honduras la Asamblea General de ese organismo.
"Se tomó esa determinación debido a que la OEA es un ente político y no jurídico, y por eso no puede juzgar a Honduras por cuestiones jurídicas que no entiende", explicó la vicecanciller hondureña, Marta Lorena Alvarado, en un inesperado mensaje televisivo por cadena nacional dado a última hora de anoche (a la 1 de la mañana de Buenos Aires).
"Además -agregó la funcionaria- la OEA juzgó de manera unilateral al país pues en la visita que realizó (José Miguel) Insulza no escuchó los planteamientos de Honduras y, por el contrario, menospreció los documentos que le entregaron respecto a los delitos cometidos por el ex presidente Manuel Zelaya".
En su visita de ayer a este convulsionado país centroamericano, el titular de la OEA mantuvo reuniones con un variado arco de dirigentes y representantes de sectores sociales y sobre el final del día brindó una conferencia de prensa en la que fue claro y terminante: "De mi gestión aquí (en Honduras) se desprende que no existe predisposición para retornar al orden institucional".
"El resultado claro es la ruptura institucional y no tienen intención de revertir esta situación. Eso es lo que informaré mañana (por hoy) a la Asamblea General de la OEA", dijo Insulza en conferencia de prensa ofrecida en el Hotel Maya de Tegucigalpa.
En realidad, el titular del organismo americano tuvo claro el panorama desde su primera reunión minutos después de bajar del avión que le proveyó el gobierno de Brasil.
En el Palacio de Justicia conversó por espacio de casi dos horas con el pleno de la Corte Suprema de Justicia y allí, su presidente Jorge Rivera le comunicó que la destitución de Zelaya era "irreversible".
Palabras más, palabras menos, esa intransigencia fue escuchando en el resto de sus reuniones con líderes políticos y hasta de boca del propio cardenal Oscar Andrés Rodríguez, una de las máximas autoridades eclesiásticas de Honduras, por lo que en la rueda de prensa volcó sin medias tintas toda la responsabilidad en los sectores que impulsaron y respaldan al gobierno golpista de Micheletti.
Frente a este cuadro de situación, el actual gobierno decidió anticipar la jugada y renunciar a la OEA, lo que técnicamente se llama denunciar la Carta Democrática Interamericana.
Hoy el foco estará puesto en Washington, ya que frente a la maniobra hondureña, la Asamblea General quizás se vea impedida de suspender a Honduras como miembro porque, precisamente, ya renunció a serlo.
El último caso de suspensión -la OEA no expulsa a sus miembros- fue la de Cuba en 1962.
En cuanto al clima político local, los seguidores de Mel (como se lo conoce aquí a Zelaya) anunciaron para este mediodía (15 horas de Buenos Aires) una "masiva movilización" frente a la Casa de Gobierno, el mismo lugar que utilizaron ayer los que respaldan al gobierno golpista.
Rafael Alegría, dirigente de Vía Campesina y uno de los líderes de la resistencia zelayista, explicó hoy a Télam que por el momento "mantenemos también la posibilidad de marchar luego hacia el aeropuerto ante el posible retorno de Mel".
Pero cuando este enviado le hizo saber que Zelaya estaría en Washington para asistir a la Asamblea General de la OEA y que hasta allí viajó también la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y su par ecuatoriano Rafael Correa, Alegría dijo que esperarían "precisiones para saber cómo nos movemos tras el acto" de este mediodía.
Finalmente, cabe mencionar que para el acto se anunció la participación de la premio Nobel de la Paz, la guatemalteca Rigoberta Menchú, quien llegó ayer a Honduras para tratar de encontrar una salida a la crisis política.
"Nuestra misión se llama ?Por la Democracia y los derechos Humanos-Guatemala y Honduras?, yo encabezo la delegación y nos vamos a reunir con todos los que sean necesarios para aportar la solución a lo que ocurre aquí", explicó la militante por los derechos humanos. (Télam)