Un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo

Hace 199 años, el pueblo de Buenos Aires salió a la calle porque quería "saber de qué se trataba". Aquel 25 de mayo iba a concluir un proceso que ya venía madurando desde las invasiones inglesas. Si los criollos habían sido capaces de derrotar a los ingleses, también podían dejar de ser una colonia de España.
El viernes 18 de mayo de 1810, el desprestigiado virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros publicó un bando en el que le pedía al pueblo que se mantuviera fiel a España, que había sido invadida por los franceses. El 19, los criollos solicitan a las autoridades que se les permitan realizar un Cabildo Abierto para debatir sobre la situación. El domingo 20, Cisneros recibe a funcionarios del Cabildo, jefes militares y criollos, con quienes trata la convocatoria del Cabildo Abierto. El virrey se da cuenta de que ya no contaba con el apoyo de las fuerzas militares. El 21, el Cabildo invita a los principales vecinos a reunirse el día 22 en Cabildo Abierto. No cualquier persona podía participar del Cabildo Abierto. Los vecinos debían cumplir una serie de requisitos para ser considerados tales. Se debía tener casa poblada, armas y caballo, y su residencia debía datar de una serie de años, sin ausencias, ya que en tal caso se debía dejar a algún hombre con condiciones similares en su reemplazo, debiendo cada vecino contribuir a la defensa de la ciudad. Como beneficios contaban con franquicias y permisos comerciales y del sistema de encomiendas, pudiendo desempeñar cargos en el Cabildo. A la sesión concurrieron militares, marinos, alcaldes de barrio, clérigos, abogados,  escribanos, médicos, miembros de la audiencia, del Consulado, funcionarios, comerciantes, vecinos y personas sin calificación. El martes 22, después de largas discusiones, se resuelve que el virrey cese en el mando. El 23, el Cabildo forma una Junta de Gobierno con Cisneros como presidente. El jueves 24, el pueblo se indigna y renuncian los miembros de la Junta. El viernes 25, los criollos se reúnen en la Plaza Mayor (actual Plaza de Mayo) en busca de noticias. Se elige una nueva junta de gobierno, conocida como el Primer Gobierno Patrio, que se consideró heredera y no enemiga de España. La integraban, como presidente, Cornelio Saavedra; secretarios, Mariano Moreno y Juan José Paso, y los vocales eran Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Larrea. Mucha agua bajo el puente habría de pasar hasta que se declarara la Independencia el 9 de julio de 1816.
Han transcurrido 199 años desde aquella gesta gloriosa que unió a los criollos tras un ideal común. En la actualidad, y ante la cercanía de elecciones legislativas, el pueblo pareciera seguir preguntándose de qué se trata. Da la impresión de que cada sector de la sociedad tuviese un ideal que responde sólo a sus propios intereses. Una vez electos, los representantes del pueblo parecieran olvidar con alguna frecuencia de dónde proviene el poder que les ha sido dado, y dejan de mirar las necesidades y las demandas de la sociedad para concentrarse en proyectos personales.
Este nuevo aniversario de la Revolución de Mayo debería servirnos para reflexionar acerca de esos ideales que alumbraron el nacimiento de nuestra patria. La peor dependencia que puede padecer una nación proviene del analfabetismo, de la miseria, de la inequidad social, de la injusticia, de la corrupción, asignaturas que, por cierto, siguen pendientes desde hace casi dos siglos. Sería fundamental que los argentinos volviéramos a tener un ideal común para estrechar filas detrás de él y construir la nación que ya a esta altura deberíamos merecernos.