17 Mayo 2009
Los títulos públicos son el "boom" del momento
Los Bonar, Boden o Discount se convirtieron en los instrumentos de moda porque, según los analistas, tienen una buena Tasa de Interés de Retorno (rentabilidad). La lucha entre los inversores genuinos, los fondos especulativos foráneos y el propio Estado emisor por captar los títulos nominados en dólares. La opinión de los analistas.
En el mundo bursátil hay un chiste que tiene algo de cierto, según coinciden los operadores. Cuando están frente a un inversor suelen advertir la humorada. "Mire señor, si usted quiere comprar títulos públicos, tengo que darle una buena y una mala noticia", advierte un operador al comprador. "La buena noticia es que el Gobierno argentino tiene una capacidad de pago formidable para hacer frente a la deuda que emitió. La mala, es que no sabemos si tiene la voluntad de pagar". Como una secuela de lo que fue la debacle de fines de 2001 y de la conducta que ha tenido la administración Kirchner, en estos seis años de gestión, el factor riesgo siempre está latente en cada operación bursátil.
Santiago López Alfano, analista de la consultora Delphos Investment, afirma a LA GACETA que, si bien aquellos temores que se planteaban respecto de la conducta oficial a la hora de honrar los títulos que emite, sería ridículo pensar que el propio Gobierno se haga un propio default (cesación de pagos).
Los bonos argentinos, sobre todo, los nominados en dólares son la principal atracción del mercado, porque están más baratos que cuando fueron emitidos y por la fuerte caída que experimentaron desde octubre, con la debacle mundial. Los inversores -entre ellos el propio Estado que los emite y que busca apreciarlos en el mercado- han encontrado en esos títulos públicos la forma de captar activos líquidos. Desde hace dos meses, el mercado mundial está mostrando signos de recuperación. Y esa sensación se transmite a los mercados locales. Así como los activos de los países más desarrollados recuperan terreno, del mismo modo sucede con los argentinos. Por caso, la tasa de interés de retorno (TIR) -en suma, la rentabilidad- está creciendo en los títulos dolarizados. "Los bonos argentinos no reflejan, ni con la suba que tuvieron, la capacidad de pago que tiene el país en términos macro. La capacidad es buena; lo malo es la voluntad", insiste López Alfano.
"El mercado de bonos podría estar nuevamente influenciado al alza por compras del Gobierno. En la semana se notó volatilidad por ciertas recompras oficiales de títulos", dijo a Reuters Mariano Tavelli, operador de Tavelli y Compañía Sociedad de Bolsa.El llamado riesgo país argentino, que elabora el banco JP Morgan y mide el diferencial de tasa entre bonos locales y similares de Estados Unidos, subía seis puntos básicos a 1.520 unidades. De hecho, casi el 40% de los títulos está en manos del propio Estado que, a través del Banco Central, está tratando de apreciar en el mercado a los títulos que emitió.
¿Quiénes compran los bonos? Según los analistas consultados por nuestro diario, hay compras realizadas por inversores genuinos; también está el mismo Gobierno y hasta la oportunidad hizo que reaparecieran algunos fondos especulativos del exterior, que observan pingües ganancias en bonos dolarizados que hoy valen U$S?30 cuando hasta hace un año y medio o dos cotizaban a U$S 90.
Los AM 11 (Bonar V), por ejemplo, registran una tasa de interés de retorno del 50% y por eso resultan ser títulos apetecibles para el inversor, señala a nuestro diario José Vignoli, gerente de Operaciones del sitio www.invertironline.com.ar. "Al observar que el Estado acrecienta su capacidad de pago (ahora por la captación de los fondos previsionales que estaban en manos de las AFJP), la gente está invirtiendo en títulos dolarizados y se olvida rápidamente del riesgo y se encamina, vorazmente, hacia la rentabilidad", puntualiza el analista.
En la misma senda se encuentran los Bonar V, aunque nominados en pesos, que hacia fines de la semana que pasó mostraron signos de recuperación.
Los operadores coinciden en señalar que la tendencia a comprar títulos públicos dolarizados se mantendrá. Sucede que el inversor, al observar que el Estado los está pagando en dólares, encuentran la cobertura para capear la crisis y hasta los problemas domésticos que se le presentan a la economía por los ruidos electorales. En ese contexto, señalan, continuará la demanda de Boden 15, Boden 2012, Bonar VII o X, los Discount o los cupones atados a la evolución del Producto Bruto Interno (PBI). Sin embargo, estos últimos, pero nominados en pesos, como aquellos cuya rentabilidad se fijan de acuerdo con la evolución de la inflación oficial están perdiendo no sólo terreno, sino credibilidad. Se trata de una señal negativa por los retoques en los indicadores y estadísticas oficiales.
Santiago López Alfano, analista de la consultora Delphos Investment, afirma a LA GACETA que, si bien aquellos temores que se planteaban respecto de la conducta oficial a la hora de honrar los títulos que emite, sería ridículo pensar que el propio Gobierno se haga un propio default (cesación de pagos).
Los bonos argentinos, sobre todo, los nominados en dólares son la principal atracción del mercado, porque están más baratos que cuando fueron emitidos y por la fuerte caída que experimentaron desde octubre, con la debacle mundial. Los inversores -entre ellos el propio Estado que los emite y que busca apreciarlos en el mercado- han encontrado en esos títulos públicos la forma de captar activos líquidos. Desde hace dos meses, el mercado mundial está mostrando signos de recuperación. Y esa sensación se transmite a los mercados locales. Así como los activos de los países más desarrollados recuperan terreno, del mismo modo sucede con los argentinos. Por caso, la tasa de interés de retorno (TIR) -en suma, la rentabilidad- está creciendo en los títulos dolarizados. "Los bonos argentinos no reflejan, ni con la suba que tuvieron, la capacidad de pago que tiene el país en términos macro. La capacidad es buena; lo malo es la voluntad", insiste López Alfano.
"El mercado de bonos podría estar nuevamente influenciado al alza por compras del Gobierno. En la semana se notó volatilidad por ciertas recompras oficiales de títulos", dijo a Reuters Mariano Tavelli, operador de Tavelli y Compañía Sociedad de Bolsa.El llamado riesgo país argentino, que elabora el banco JP Morgan y mide el diferencial de tasa entre bonos locales y similares de Estados Unidos, subía seis puntos básicos a 1.520 unidades. De hecho, casi el 40% de los títulos está en manos del propio Estado que, a través del Banco Central, está tratando de apreciar en el mercado a los títulos que emitió.
¿Quiénes compran los bonos? Según los analistas consultados por nuestro diario, hay compras realizadas por inversores genuinos; también está el mismo Gobierno y hasta la oportunidad hizo que reaparecieran algunos fondos especulativos del exterior, que observan pingües ganancias en bonos dolarizados que hoy valen U$S?30 cuando hasta hace un año y medio o dos cotizaban a U$S 90.
Los AM 11 (Bonar V), por ejemplo, registran una tasa de interés de retorno del 50% y por eso resultan ser títulos apetecibles para el inversor, señala a nuestro diario José Vignoli, gerente de Operaciones del sitio www.invertironline.com.ar. "Al observar que el Estado acrecienta su capacidad de pago (ahora por la captación de los fondos previsionales que estaban en manos de las AFJP), la gente está invirtiendo en títulos dolarizados y se olvida rápidamente del riesgo y se encamina, vorazmente, hacia la rentabilidad", puntualiza el analista.
En la misma senda se encuentran los Bonar V, aunque nominados en pesos, que hacia fines de la semana que pasó mostraron signos de recuperación.
Los operadores coinciden en señalar que la tendencia a comprar títulos públicos dolarizados se mantendrá. Sucede que el inversor, al observar que el Estado los está pagando en dólares, encuentran la cobertura para capear la crisis y hasta los problemas domésticos que se le presentan a la economía por los ruidos electorales. En ese contexto, señalan, continuará la demanda de Boden 15, Boden 2012, Bonar VII o X, los Discount o los cupones atados a la evolución del Producto Bruto Interno (PBI). Sin embargo, estos últimos, pero nominados en pesos, como aquellos cuya rentabilidad se fijan de acuerdo con la evolución de la inflación oficial están perdiendo no sólo terreno, sino credibilidad. Se trata de una señal negativa por los retoques en los indicadores y estadísticas oficiales.