06 Mayo 2009
ALERTA. Cuando el peso es una obsesión, se trata de una mala señal. LA GACETA
Los trastornos alimentarios, como la anorexia nerviosa y la bulimia, son enfermedades muy graves, que cada vez afectan a más personas, sobre todo a las mujeres. Argentina ostenta el triste récord de ser el segundo país con más casos, después de Japón. Según una investigación, para prevenir el desarrollo de estos males es muy importante estar atento a las manifestaciones psicológicas de una potencial enferma.
La anorexia nerviosa se caracteriza por el persistente deseo de mantener un peso corporal bajo, por el miedo a engordar, por la falta de menstruación y por la distorsión de la imagen corporal. La bulimia esta definida por la ingesta excesiva de alimentos en un corto período de tiempo, acompañada por conductas compensatorias, como el vómito autoinducido, y el abuso de diuréticos y de laxantes.
Estas enfermedades afectan a 7 millones de mujeres y a 1 millón de hombres en todo el mundo. En la actualidad, la bulimia tiene mayor incidencia que la anorexia: el 75% de las pacientes con patología alimentaria sufre bulimia y el 25% restante, anorexia. La prevalencia de la bulimia nerviosa entre las adolescentes y jóvenes adultas es aproximadamente del 1% al 3 % y, entre los varones, 10 veces menor. En Argentina, aproximadamente una de cada 10 adolescentes padece uno de estos trastornos.
En las últimas décadas se realizaron muchos avances en el estudio de estas enfermedades. La conclusión es que los orígenes se deben a múltiples causas, en las que participan factores internos, como la insatisfacción corporal, y externos, como la presión sociocultural para tener un cuerpo delgado.
Emociones
En un estudio de la Universidad del País Vasco, en España, se analizó a 143 mujeres con algún tipo de trastorno alimentario y a 145 en riesgo de sufrirlo. Los resultados revelaron que hay variables que pueden ayudar a predecir el riesgo de padecer un trastorno. La baja autoestima se reveló buena predictora de la bulimia. La acción impulsiva y la ausencia de expresión emocional mostraron ser buenas predictoras de la anorexia.
En la mayoría de los casos, el estado de ánimo de la persona se ve excesivamente influido por la alimentación, el peso y la figura corporal, su autoestima es baja y, ante situaciones productoras de ansiedad, la persona no expresa las emociones y tiende a actuar de forma impulsiva.
La anorexia nerviosa se caracteriza por el persistente deseo de mantener un peso corporal bajo, por el miedo a engordar, por la falta de menstruación y por la distorsión de la imagen corporal. La bulimia esta definida por la ingesta excesiva de alimentos en un corto período de tiempo, acompañada por conductas compensatorias, como el vómito autoinducido, y el abuso de diuréticos y de laxantes.
Estas enfermedades afectan a 7 millones de mujeres y a 1 millón de hombres en todo el mundo. En la actualidad, la bulimia tiene mayor incidencia que la anorexia: el 75% de las pacientes con patología alimentaria sufre bulimia y el 25% restante, anorexia. La prevalencia de la bulimia nerviosa entre las adolescentes y jóvenes adultas es aproximadamente del 1% al 3 % y, entre los varones, 10 veces menor. En Argentina, aproximadamente una de cada 10 adolescentes padece uno de estos trastornos.
En las últimas décadas se realizaron muchos avances en el estudio de estas enfermedades. La conclusión es que los orígenes se deben a múltiples causas, en las que participan factores internos, como la insatisfacción corporal, y externos, como la presión sociocultural para tener un cuerpo delgado.
Emociones
En un estudio de la Universidad del País Vasco, en España, se analizó a 143 mujeres con algún tipo de trastorno alimentario y a 145 en riesgo de sufrirlo. Los resultados revelaron que hay variables que pueden ayudar a predecir el riesgo de padecer un trastorno. La baja autoestima se reveló buena predictora de la bulimia. La acción impulsiva y la ausencia de expresión emocional mostraron ser buenas predictoras de la anorexia.
En la mayoría de los casos, el estado de ánimo de la persona se ve excesivamente influido por la alimentación, el peso y la figura corporal, su autoestima es baja y, ante situaciones productoras de ansiedad, la persona no expresa las emociones y tiende a actuar de forma impulsiva.
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