Si se mira la fecha de nacimiento de Alejandro Piscitelli, puede decirse que el epistemólogo y escritor es un “infiltrado” en el mundo digital. Quizás sea este distanciamiento cronológico lo que le ha permitido a este hijo intelectual del siglo bucear en la lógica y en la filosofía que subyace a la producción de la era digital.
El filósofo y ex director del sitio Educ.ar acaba de presentar en Tucumán su nuevo libro, “Nativos digitales: Dieta cognitiva, inteligencia colectiva y arquitectura de la participación”. Vino invitado por la Secretaría de Innovación y Desarrollo Tecnológico de la Provincia (Sidetec). Y habló con LA GACETA de este momento histórico al que él define como “muy rico para estar, para participar; un momento de aparición de nuevos formatos; un momento de inventar; una época de exploración, de innovación. Y, también, una época de confusión de paradigmas”.
“A la palabra nativos digitales la inventó un norteamericano, Marc Prensky, en 2001. Es la gente que nace con la PC, con internet y con el celular bajo el brazo. La palabra empezó a difundirse hace cuatro años. Hasta ahora, curiosamente, nadie había escrito sobre los nativos digitales. Fundación Telefónica acaba hacer una investigación interesante, ‘Generaciones interactivas’ ”, afirmó el escritor.
-¿Cómo era el Piscitelli adolescente, y cómo son los nativos digitales?
- Yo era un “gusano de libros”. Y ahora no hay gusanos de libros, sino gusanos de la red. En términos de lo que la gente hace, no hay grandes diferencias, en términos de la socialización. La diferencia tiene que ver con todo aquello relativo a la comunicación y a la información.
Antes, la gente volvía del colegio y se aferraba al teléfono de línea, hablando dos horas con los compañeros. Y los padres les decían: “¿para qué hablás tanto, si estuviste todo el día con tus amigos?” Ahora pasa lo mismo; los chicos salen del colegio y se ponen a chatear; pero ahora pueden hablar entre muchos. Además, incide el abaratamiento de las tecnologías. Antes, tus padres te mataban si gastabas en una llamada de larga distancia. Hoy usás skype (una tecnología para hablar gratis por internet ) y podés hablar con quien te dé la gana, en cualquier lugar del mundo.
- ¿Han cambiado las formas de relacionarse?
- Creo que lo que está cambiando es la apropiación que hacen los jóvenes de los medios; y, sobre todo, lo que está cambiando es una cultura de la expresión. Un ejemplo: hasta hace poco tiempo, hacer una película, en la Argentina, costaba entre tres y cinco millones de dólares. Con el mundo digital, cuesta 300.000 dólares. Entre la baja de los costos de las tecnologías y las economías de escala que eso ha hecho posible, ahora un chico de clase media baja puede filmar desde un celular. Lo que hay son cambios en la circulación de la información, en el poder de los medios, en la necesidad de los periódicos de reinventarse. Lo que está cambiando es la ecología mediática, y eso está redundando en la política, en la educación, en la economía. Y hay muchos mitos: se inventa que los chicos de hoy son más apáticos, más tontos, más autistas. Las cosas que la gente hoy dice de los videojuegos son las mismas que las que se decían de la novela hace 200 años. Esta querella entre ‘antiguos’ y ‘modernos’ se viene repitiendo desde el fondo de la historia, cuando Sócrates y Platón discutían si era mejor escribir o defender la oralidad. Es cierto que en su momento la novela fue la innovación. ¿Y ahora qué? Bueno, ahora, la serie de culto es “Lost”. ¿Y qué es Lost? Es como el folletín del siglo XIX, la novela de aventuras entrega por entrega, con club de fans.
- Usted se ha ganado la fama de pronosticador sobre el nacimiento de nuevas tecnologías...
-Hoy estamos investigando, analizando lo que es Facebook. Hace un año y medio, yo no tenía ni idea de lo que era Facebook, no me interesaba. Hoy, el 50 % de mi correo electrónico pasa por Facebook. A Facebook yo no la vi ni cuadrada. No la anticipé, aún cuando siempre estoy preguntándome qué es lo que vendrá. Cuando vos decís ¿qué vendrá?, eso ya está aquí, pero vos no lo sabés. Hace 20 años yo pensaba que el mundo de la mente iba hacia una intersección cada vez más grande entre el intelecto y las tecnologías. Y eso se dio un millón de veces más. En 1991 yo hablaba del hipertexto, de los robots. Pero eran especulaciones. Después apareció un tipo inventando la web, la máquina hipertextual más grande la historia.