Si existiera un decálogo del hincha argentino estaría compuesto por una gorrita, una bandera, carnet de socio al día, popular en el bolsillo, radio -y su variante celular-, el suplemento de Deportes bajo el brazo, una bolsa con papelitos picados y algún que otro rollo de quiniela usado; el clásico “chori” pre o pospartido, un paquete de cigarrillos para los ansiosos y la intocable camiseta. Dicen que el amor cuesta y, a veces, duele. Y si hablamos de ese loco amor sin límites ni fronteras, el diezmo cotiza en bolsa.
Al margen de que, para asistir a la cancha, es necesario gastar por lo menos $ 40 por persona, rodearse de los colores favoritos es más que un sacrificio económico. Después de recorrer los diferentes puntos de venta de indumentaria deportiva de la ciudad, LA GACETA constató que la camiseta original de San Martín, a bastones rojos y blancos, marca Kappa, cuesta entre $ 179 y $ 159, dependiendo de la firma comercializadora.
Es decir, casi el 12 % de un salario promedio en la provincia. Siguiendo con el atuendo típico que necesita un “ciruja” para embarcarse hacia La Ciudadela, una remera de entrenamiento, en sus versiones roja y gris, oscila entre los $ 69 y $ 90 y el short desde $ 69.
Pero para los bolsillos flacos siempre hay otras opciones. Caminando por algunos de los locales habilitados en la ex Terminal de Omnibus muchos se llevan una flor de sorpresa, ya que se puede conseguir la imitación -origen nacional o boliviana- pagando entre $ 30 y $ 35, mientras que un pantalón capri se cotiza en $ 40. Está claro que son pocos los parámetros que se respetan en la confección final, pero suele ser el refugio de miles que no pueden acceder a los productos oficiales.
Aunque no quisieron ofrecer datos precisos, los comerciantes de El Bajo aseguran que la venta suele incrementarse los días de partido, puesto que la vieja estación es una escala previa al estadio.
Consultados sobre la comercialización paralela de productos con los colores de San Martín, la mayoría de los representantes de las casas deportivas de la ciudad le quitaron importancia.
“Es cierto que venden, pero influyen poco en nuestras ventas. El hincha quiere la camiseta oficial y son raros los que buscan la alternativa. Vienen incluso sabiendo el modelo, se la prueban y listo. Los fanáticos son así. No miden sus gastos”, comentó Gustavo Herrera, encargado de un local ubicado en 25 de Mayo al 100, que vende aproximadamente tres camisetas por día.
Pero el furor por el “santo” no termina ahí. Ya que el mercado de casacas oficiales cuenta con mucha competencia, algunos prefirieron explotar un espacio del mercado hasta ahora jamás desarrollado en la provincia: las camisetas retro, inspiradas en los modelos de la década del 80.
“La primera tanda de réplicas de la vestimenta utilizada el día que San Martín goleó a Boca en La Bombonera se agotó muy rápido. Ahora estamos esperando que entre un nuevo pedido. La idea es sumar más modelos, como por ejemplo las de piqué”, explicó Martín Capella, a cargo de la sucursal de una firma rosarina que aterrizó en la ciudad hace poco más de un año y se instaló en Córdoba al 600.
Si bien es cierto que llevar todo el atuendo cuesta cientos de pesos; ir a la cancha de rojo y blanco no tiene precio.
La oficial: 179 pesos cuesta la camiseta marca Kappa en la mayoría de los locales del microcentro.
Venta: 3 por día venden las casas de deportes, entre otras indumentarias “santas”.
La imitación: 35 pesos es el valor promedio de las versiones que se comercializan en la provincia.
La retro: 80 pesos cotiza la copia de la casaca con la que San Martin goleó a Boca en la Bombonera.
De las más caras: 276 pesos es el precio de la nueva camiseta oficial de Boca, una de las mas requeridas.