Organizan un Mercosur religioso

Organizan un Mercosur religioso

Fernando Lugo, el presidente paraguayo, intenta levantar la bandera de una renovada Teología de la Liberación. Por Guillermo Villarreal- Columnista de DyN.

28 Febrero 2009

BUENOS AIRES.- La idea del presidente paraguayo Fernando Lugo de conformar una mesa de diálogo religioso de los países miembros del Mercosur va tomando forma, pese a que la crisis financiera global sacude las economías regionales y obliga a tender redes de contención social de emergencia. La iniciativa apunta a introducir la religión al debate político, social y económico, a fin de dotar de un rostro humano y “de pueblo” al bloque comercial integrado por la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y que también tiene a Chile y Bolivia como países asociados y una solicitud de ingreso pendiente de respuesta por parte de Venezuela.
“Por los malos ejemplos en los manejos financieros que vemos en la cumbre del mundo sería muy bueno que los hombres del sur le encontremos un rostro humano al Mercosur, porque no es más importante encontrar una moneda común sino un lugar más digno para vivir, buscando superar las asimetrías desde la esfera social”, justificó Lugo al lanzar la propuesta a fines de enero pasado en Belén, Brasil, durante el Foro Social Mundial. El ex prelado guaraní invitó personalmente -explicó un vocero gubernamental- a referentes religiosos de la región para un encuentro ecuménico en Asunción los días 12 y 13 de marzo. Entre otros, la invitación fue cursada a los teólogos brasileños Leonardo Boff, a quien Lugo considera su padre espiritual, y a Carlos Alberto Libanio Christo, conocido como “Frei Betto”, ambos ideólogos de la Teología de la Liberación.
Por la Argentina fue convocado el sociólogo Fortunato Mallimaci, quien calificó la propuesta del presidente paraguayo como “muy importante para cambiar, desde lo religioso, el sistema de injusticias vigentes en la región”. “No es fácil, pero es un desafío", confió el investigador del Conicet. También fue invitado, trascendió, el premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel. Sin embargo, llamó la atención en ambientes religiosos la no convocatoria del obispo Joaquín Piña, emérito de Puerto Iguazú, muy cercano a Lugo. “Rezo por él, para que le vaya bien”, dijo Piña, que incursionó en política en 2006 para defender la democracia y propinó en Misiones la primera derrota a un aliado del kirchnerismo.
Las dos jornadas de marzo servirán para un primer debate sobre cuatro ejes: “Ley de culto, relación con el Estado”, “Ciudadanía religiosa, rol de las religiones en el marco social y político”, “Diferencias sociales, riqueza-pobreza” y “La defensa del medio ambiente desde la perspectiva de la fe”. Tópicos que después deberán ponerse a discusión en cada país, bajo la coordinación de la secretaría regional del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), cuyo responsable es el pastor Juan Gattinoni.
El siguiente paso será llevar las propuestas religiosas consensuadas a la cumbre de jefes de Estado prevista para junio próximo en Asunción, porque son los presidentes y cancilleres quienes deben institucionalizarlas, aclaró Mallimaci.
Lugo intenta, así, levantar la bandera de una renovada Teología de la Liberación, la misma que supo enarbolar durante sus años de sacerdote y obispo en zonas empobrecidas paraguayas.
Esa corriente teológica tuvo su culmen en la década del 70, cuando sus seguidores hicieron frente a las dictaduras militares y se pusieron del lado de los oprimidos del continente. No obstante, mereció la condena del Vaticano y de obispos por su desviación ideológica marxista.
Ese grupo de teólogos, con Lugo y con el Mercosur a la cabeza, intentará -según imaginan Boff y Frei Betto- hacer política con mayúsculas a favor de los oprimidos, porque consideran que -tomando como ejemplo el modelo de Jesús- “hoy más que nunca es preciso construir el reino desde abajo hacia arriba”. (DyN)

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