BUENOS AIRES.- La ministra de Defensa, Nilda Garré, consideró una canallada las versiones periodísticas que la colocan en una corriente que alienta el “poskirchnerismo”, a la vez que negó que el ex jefe del Ejército Roberto Bendini haya vetado algunos nombres en los ascensos elevados por su cartera.
“Estamos transitando el kirchnerismo en pleno ejercicio de las funciones de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández”, dijo Garré. Sostuvo, además, que es una canallada que se la sitúe en un sector del justicialismo que considera que ya pasó la etapa de Néstor Kirchner.
Por otra parte, desestimó que Bendini haya influenciado a la jefa de Estado sobre el veto de algunos nombres propuestos para los ascensos en la fuerza.
“Esas cosas son inaceptables porque cualquiera que conozca la firmeza con que la Presidenta toma decisiones sabe que es imposible pensar que sea algún militar en actividad o retirado el que pueda influir en sus decisiones, que son absolutamente autónomas y basadas en su convicción sobre la conveniencia o no de determinados perfiles para llegar a ser oficiales superiores de las Fuerzas Armadas”, enfatizó.
Además, en un reportaje publicado por el matutino “Página 12”, consideró un absurdo que militares detenidos por violaciones a los derechos humanos sean cuidados por colegas de la fuerza.
“Con autorizaciones de los jueces trasladamos a los presos al penal de Campo de Mayo y para evitar el absurdo de que militares fueran cuidados por militares, muchas veces por inferiores en jerarquía, hicimos un convenio con el Ministerio de Justicia y ese penal está custodiado por el Servicio Penitenciario Federal”, afirmó Garré, quien según rumores de la prensa está siendo observada para determinar si se mantiene en el cargo.
Aseguró que espera la decisión judicial para trasladar a los represores que aún están detenidos en instalaciones de las Fuerzas a dependencias del Servicio Penitenciario Federal.
Sobre el tema de que militares sean cuidados por militares, recordó el caso del represor Héctor Febres, quien se suicidó en una dependencia de Prefectura antes de recibir una condena por delitos de lesa humanidad en torno a la causa ESMA.
“Quedó demostrado con un hecho lamentable de un hombre de la Prefectura (Febres), que la seguridad no estaba garantizada en las unidades militares”, concluyó la funcionaria. (NA-DyN)