26 Diciembre 2008
A partir de enero el peso mínimo de faena será de 280 kilogramos, de manera que sube 20 kilos respeto de los 260 que rigen en la actualidad. La medida, lejos de promover un aumento de la oferta de carne, generará mayores pérdidas económicas en la cadena ganadera, según publicó esta semana el portal "Infocampo".
"Esta es una medida de coyuntura que no sirve absolutamente de nada si no viene acompañada de un incentivo para producir animales pesados y que le genere una mejor renta al productor", señaló el asesor ganadero Víctor Tonelli. "El Gobierno cree que sólo con aumentar el peso de faena soluciona una crisis que cada día que pasa tiene menos salida", añadió.
Con el aumento del peso mínimo a 280 kilos por cabeza "no se va a correr el promedio de faena, porque no hay ninguna señal de que al Gobierno le interese la producción de animales pesados", explicó Tonelli, en referencia a la categoría que tradicionalmente se destinó al mercado exportador y que hoy casi ningún frigorífico quiere por el combo de restricciones que forman la exportación y la caída de la demanda internacional de carne vacuna.
Agregó que "mientras por un lado se sigue incentivando la producción de animales para consumo con las compensaciones a los feed lots, por otro se desincentiva la producción de novillos pesados con las barreras para exportar; con esto el peso de faena va a tender siempre a bajar, o en el mejor de los casos mantenerse", añadió.
Por otra parte, Tonelli indicó que un animal de más de 280 kilos proveniente de un feed lot suele tener un gran porcentaje de grasa, un subproducto cuyo valor de mercado es insignificante porque las quiere magras. "Nadie va a comprar un animal con mucha grasa porque hoy eso es pérdida; los ingresos por recuperos (cuero, hueso y grasa) ya casi no existen", dijo.
"Esta es una medida de coyuntura que no sirve absolutamente de nada si no viene acompañada de un incentivo para producir animales pesados y que le genere una mejor renta al productor", señaló el asesor ganadero Víctor Tonelli. "El Gobierno cree que sólo con aumentar el peso de faena soluciona una crisis que cada día que pasa tiene menos salida", añadió.
Con el aumento del peso mínimo a 280 kilos por cabeza "no se va a correr el promedio de faena, porque no hay ninguna señal de que al Gobierno le interese la producción de animales pesados", explicó Tonelli, en referencia a la categoría que tradicionalmente se destinó al mercado exportador y que hoy casi ningún frigorífico quiere por el combo de restricciones que forman la exportación y la caída de la demanda internacional de carne vacuna.
Agregó que "mientras por un lado se sigue incentivando la producción de animales para consumo con las compensaciones a los feed lots, por otro se desincentiva la producción de novillos pesados con las barreras para exportar; con esto el peso de faena va a tender siempre a bajar, o en el mejor de los casos mantenerse", añadió.
Por otra parte, Tonelli indicó que un animal de más de 280 kilos proveniente de un feed lot suele tener un gran porcentaje de grasa, un subproducto cuyo valor de mercado es insignificante porque las quiere magras. "Nadie va a comprar un animal con mucha grasa porque hoy eso es pérdida; los ingresos por recuperos (cuero, hueso y grasa) ya casi no existen", dijo.
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