Murió Rita Wasserman, una infatigable mujer de ciencia

“Yo tengo una idea fuerza en la vida. Y es que una puede ser útil en todos los lugares”, le había dicho a LA GACETA la doctora Rita Wasserman de Cunio a fines de 2005, cuando ya terminaba su gestión como secretaria académica de la UNT en el marco de la gestión que encabezaban Mario Marigliano y el recientemente fallecido Carlos Fernández. Ninguna definición más acertada que esa para definir a esta bioquímica de profesión que murió ayer a los 65 años, víctima de un cáncer que no le dio tregua, y que trabajó hasta el final de sus días a la cabeza de la Secretaría de Desarrollo e Innovación Tecnológica (Sidetec) de la Provincia.
Ayer, una multitud acongojada la despidió en el patio del Rectorado de la UNT, en cuya Facultad de Medicina fue decana durante dos períodos sucesivos (1994-1998 y 1998-2002). En esa unidad académica, la doctora Wasserman también había ejercido la docencia (fue titular de Biología) antes de sus inicios en la gestión, y había dirigido el programa “Una nueva iniciativa” (UNI) destinado a mejorar la salud social y comunitaria en el Gran San Miguel de Tucumán, con fondos de la fundación Kellogs.
Ya con Marigliano en el Rectorado, desde la Secretaría Académica de la UNT trabajó hasta la obsesión en distintos frentes: la creación de la Escuela de Cine de la UNT; el desarrollo de programas de articulación entre la Escuela Media y la Universidad; la creación del Instituto Técnico de la ciudad de Aguilares, entre otros numerosos temas.
“La doctora Wasserman es un orgullo para nuestra Universidad. Llegó a ser una de las evaluadoras de la calidad de las carreras de Medicina de los países del Mercosur y en nuestra facultad fue una de las propulsoras de la acreditación de Medicina por parte de la Coneau por seis años. De esta manera, la carrera se convirtió en la primera del país en obtener el máximo puntaje de evaluación”, recordó Mateo Martínez, secretario de Extensión de Medicina.
“La UNT lamenta la pérdida de la doctora Wasserman de Cunio, principalmente como ser humano y también como profesional, ya que dedicó su vida a la investigación y a la extensión social”, manifestó a su turno el rector de la UNT, Juan Alberto Cerisola.
Por su parte, el decano de Medicina, Horacio Deza, destacó que la extinta fue pionera en los cambios curriculares y en las nuevas propuestas de la educación médica en el país. “Toda la Facultad está conmocionada ante esta pérdida”, expresó Deza.
“Es una gran pérdida, hasta sus últimos días trabajó para dejarnos proyectos de calidad en ciencia e investigación”, manifestó el vicegobernador Juan Manzur, quien fue alumno de la doctora Cunio en la Facultad de Medicina, y que ayer participó en la despedida que la comunidad universitaria le dedicó en el patio del Rectorado.