La agenda de los temas relacionados con la violencia contra la mujer es cada vez más amplia, y más compleja. A las históricas denuncias sobre violencia doméstica ahora se suman cuestiones como la trata de personas (niñas y mujeres, y niños), difíciles de digerir por "las mentes comunes", pero que ya se disputan el tercer lugar en el mercado ilegal de los negocios internacionales, detrás de la venta de armas y del narcotráfico. "Hay tantas chicas cuyos casos no conocemos; creo que hay muchas más chicas desaparecidas de las que tenemos noticia que están incorporadas a las redes de prostitución. Esas chicas desaparecen, y no tenemos registros sobre esos casos", afirma la especialista en Género Hilda Beatriz Garrido.
El feminicidio (mujeres asesinadas por varones) es otro tema que preocupa a quienes hoy conmemoran, como desde hace nueve años, el "Día Internacional de la no violencia contra las mujeres". En Tucumán, en 2008 murieron diez mujeres asesinadas por sus parejas. La última en engrosar la lista, el domingo, fue Yanina Soledad González, de apenas 16 años.
En un intento por explicar ese caudal de violencia, la coordinadora del Observatorio de la Mujer de la Provincia, Susana Noé, opina que esos datos hablan de una "ausencia de horizonte", y de que la salud mental de los ciudadanos "está deteriorada".
Noé añade que estas cuestiones "interpelan a toda la sociedad". Garrido coincide con ella, en el sentido de que las acciones de prevención de violencia contra las mujeres deben involucrar no sólo al sector femenino, sino a toda la comunidad.
Cambiar el eje de trabajo
"Cuando pensamos en la prostitución, en España han hecho una publicidad con carteles que apuntan al cliente, y que dicen: ?¿tan poco vales que tienes que pagar??. El concepto es: si no hay demanda, no hay negocio", dijo Garrido, que integra el Centro de Estudios de la Mujer de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT. La experta no confía en las estadísticas oficiales, y relativiza el alcance de la legislación sobre el tema, en la medida en que esta no se cumple. ¿ Qué se hace, entonces? "La Librería de Mujeres de Milán y el Centro Duoda, de la Universidad de Barcelona sostienen que lo primero que hay que lograr es que las mujeres tengan plena conciencia de lo que valen; porque hay una cultura en la que las mujeres somos secundarias. A eso hay que cambiarlo, en barrios, en grupos de mujeres; pero también hay que trabajar con los varones. Si no les hacemos tomar conciencia de que esa mujer a la que ellos violentan podría ser su hija, o su hermana... De pronto se demoniza a los varones. Y hay grupos de varones contra la violencia de género en Europa. La diferencia con Argentina es abismal; pero creo que a esos cambios los podemos lograr. Lo que pasa es que no hay acompañamiento desde el Gobierno, falta presupuesto, faltan espacios para capacitar". "Apoyamos la red, porque hay buena intenciones; pero, si bien es necesaria la atención puntual de los casos de violencia, como hacen algunos organismos del Gobierno, hay que trabajar para que no sea necesario llegar a eso", concluyó Garrido.