20 Noviembre 2008
HALLAZGO. El pelo del mamut con el que reconstruyeron su ADN estuvo congelado durante 20.000 años. IMAGEN TOMDA DE DAMISELA.COM
WASHINGTON, Estados Unidos.- Como si se tratara de una película de ciencia ficción, un equipo de investigadores logró descifrar el mapa genético de un mamut mediante el ADN que obtuvo de una muestra de pelo que permaneció congelada, a 20 grados bajo cero, durante unos 20.000 años, en Rusia. El hallazgo podría arrojar luz sobre la extinción de estos gigantescos animales, que ocurrió hace más de 3.500 años.
El trabajo que desarrolló el grupo de expertos es el primer paso para reconstruir los genomas de criaturas desaparecidas y, en el futuro, poder devolverles la vida. No obstante, uno de los autores del descubrimiento, Stephan C. Schuster, explicó que este logro todavía es lejano. "Para rescatar a los animales extinguidos es necesario desarrollar una forma rápida de transformar el genoma que nosotros desciframos en cromosomas completos. Por el momento esto sólo es posible en la ciencia ficción", detalló.
Sobre este punto, el director del Centro de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida, en Australia, Jeremy Austin, señaló que la estructura genética fue rearmada en un 80 %. "Sin embargo, las partes restantes fueron deducidas por comparación con otros organismos de características similares", afirmó.
Diferencias
El procedimiento de restauración que emplearon los investigadores fue distinto al que se usó en el Proyecto Genoma Humano. Pese a que trabajaron con una muestra capilar del mamut, que estuvo congelada durante unos 20.000 años, con bacterias y hongos, no resultó un obstáculo para los científicos.
La técnica que utilizaron les permitió obtener un extracto de todo el ADN presente en el pelo, romperlo en pedazos y separar luego, mediante un proceso informático, aquel que pertenece al animal, de aquellos que proceden de otros organismos microscópicos. Después de aislarlo, lo compararon con el genoma del elefante para descubrir las piezas que faltaban.
Los científicos indicaron que la divergencia genética entre el gigantesco animal y el elefante es la mitad que la existente entre el chimpancé y el ser humano. Este dato les permitió conocer la distancia evolutiva que separa a la extinguida criatura de su pariente vivo más cercano que, según señalaron, es de 1,5 millones de años. Los expertos coincidieron en que esa distancia quizá haga imposible que se alcance el sueño de revivir al mamut después de milenios de extinción. (Reuters-Especial)
El trabajo que desarrolló el grupo de expertos es el primer paso para reconstruir los genomas de criaturas desaparecidas y, en el futuro, poder devolverles la vida. No obstante, uno de los autores del descubrimiento, Stephan C. Schuster, explicó que este logro todavía es lejano. "Para rescatar a los animales extinguidos es necesario desarrollar una forma rápida de transformar el genoma que nosotros desciframos en cromosomas completos. Por el momento esto sólo es posible en la ciencia ficción", detalló.
Sobre este punto, el director del Centro de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida, en Australia, Jeremy Austin, señaló que la estructura genética fue rearmada en un 80 %. "Sin embargo, las partes restantes fueron deducidas por comparación con otros organismos de características similares", afirmó.
Diferencias
El procedimiento de restauración que emplearon los investigadores fue distinto al que se usó en el Proyecto Genoma Humano. Pese a que trabajaron con una muestra capilar del mamut, que estuvo congelada durante unos 20.000 años, con bacterias y hongos, no resultó un obstáculo para los científicos.
La técnica que utilizaron les permitió obtener un extracto de todo el ADN presente en el pelo, romperlo en pedazos y separar luego, mediante un proceso informático, aquel que pertenece al animal, de aquellos que proceden de otros organismos microscópicos. Después de aislarlo, lo compararon con el genoma del elefante para descubrir las piezas que faltaban.
Los científicos indicaron que la divergencia genética entre el gigantesco animal y el elefante es la mitad que la existente entre el chimpancé y el ser humano. Este dato les permitió conocer la distancia evolutiva que separa a la extinguida criatura de su pariente vivo más cercano que, según señalaron, es de 1,5 millones de años. Los expertos coincidieron en que esa distancia quizá haga imposible que se alcance el sueño de revivir al mamut después de milenios de extinción. (Reuters-Especial)
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