Saber si todavía hay posibilidad de revertir los efectos que provoca el calentamiento global es actualmente la preocupación que mantiene en vilo a los científicos de todo el planeta. "La cuestión es si hemos llegado al ?lugar del no retorno? y, si un esfuerzo conjunto sería suficiente para salvarnos", explicitó el doctor Faustino Siñeriz, presidente del Centro Científico Tecnológico del Conicet Tucumán, que acaba de regresar de un foro internacional, realizado en Kyoto, Japón, al que asistieron 37 ministros de Medio Ambiente, rectores de universidades, líderes políticos y miembros de academias de ciencias de diferentes países.
"En los últimos 300 años el nivel del mar subió 30 centímetros. Según los datos documentados, es en los casquetes del sur y del norte, que concentran las mayores superficies de hielo, donde se registran los mayores cambios de temperatura. Si continuara el deshielo, podría provocar que el nivel del mar suba hasta 20 metros. Esto, entre otras complejas consecuencias, implicaría el traslado de más de 30 millones de personas y el hundimiento de ciudades completas", puntualizó el ex secretario de Ciencia y Tecnología de la provincia, de regreso del encuentro.
Durante la quinta reunión anual del "Foro de Ciencias y Tecnología en la Sociedad", a la que la Argentina fue invitada, se planteó la necesidad de actuar en forma inmediata. "Para estabilizar los problemas habría que bajar un 50 % la emisión de dióxido de carbono en un plazo de cinco años. Para tal fin, es imprescindible que todos los países analicen cuál es la ecuación energética más apropiada para cada región", expuso Siñeriz. En otras palabras, dijo, no hay iguales soluciones para aplicar en todas las regiones, sino que cada país debe resolver cómo puede hacer para ahorrar y aprovechar mejor sus recursos, principalmente la energía eléctrica y el agua.
Medidas para aplicar
"Trabajar sobre la normativización de equipos, para que sean más eficientes y gasten menos energía, avanzar en legislación y concientizar a la población son tres formas de iniciar el cambio", afirmó Siñeriz.
En Irlanda se redujo un 97 % el uso de las bolsas de polietileno, ejemplificó, cuando comenzaron a cobrar una tasa de 0,35 centavos de libra por cada bolsa que se usaba en el supermercado. Eso, aquí, evitaría menos plásticos en el paisaje y la disminución de la producción que, a su vez, implica menos gasto de petróleo.
Otro punto clave, manifestó, es el uso de combustible. "El mayor consumo se da en transporte. Por eso, hay que fomentar el transporte público. Dinamarca, por ejemplo, lo hizo y disminuyó el consumo un 30 %", señaló.
Según Siñeriz, la Argentina tiene mucha tarea pendiente en esta materia. Para él, entre los principales puntos a resolver figuran la creación y aplicación de políticas serias de reforestación, la ejecución de campañas que "quiten las malas costumbres de derroche de energía" y la concreción del proyecto de biocombustible (en el que trabajan la UNT, la Estación Experimental y el Conicet) con el objetivo de producir 400 millones de litros de etanol hasta 2010. "El etanol reduce el 60 % de las emisiones de dióxido de carbono, comparado con las naftas", concluyó.