"El decía que era sordo musical porque tenía sólo oído para la música de la palabra. Decía que Beethoven no le gustaba, lo que producía horror en la gente entendida; y creía que Gardel había arruinado el tango porque lo había hecho sentimental y llorón", recordó Kodama en una entrevista que concedió a BBC Mundo en París, donde se exhibe la muestra fotográfica "El Atlas de Borges".
"Le gustaban Brahms, Bach, la música antigua, medieval, la música folclórica, la milonga y los tangos de la ?guardia vieja? como los llamaba, porque eran como milongas: tenían letras divertidas, en doble sentido", repasó Kodama.
La faceta rockera
Tanto le gustaba Pink Floyd que "el himno para su cumpleaños no era el happy birthday sino The Wall", apuntó su viuda. Y agregó: "A la película The Wall la vimos infinidad de veces. Creo que en un momento ya sabía de memoria el diálogo. Le gustaba ese tipo de música porque decía que tenía enorme fuerza; terrible pero vital".
Los Rolling Stones y los Beatles también "le encantaban por su fuerza terrible", reseñó Kodama, quien recordó el día en que Mick Jagger se cruzó a Borges en el Palace de Madrid y le dijo que lo admiraba después de arrodillarse y tomarle la mano.
Borges,un poco asombrado, le preguntó quién era porque no veía y cuando Jagger se presentó le contestó: "¡Ah, uno de los Rolling Stones!". El escritor lo conocía, además, porque Kodama le había contado que en la película ?Performance?, donde actúa Jagger, aparece una gran foto suya.
A propósito de la muestra que se exhibe en La Casa de América Latina, Kodama aseguró que el escritor disfrutaba muchísimo de los viajes y que "no tenía una rutina al respecto".
"Creo que si Borges hubiera tenido buena vista quizás lo hubiéramos perdido como escritor -ironizó- porque hubiera sido un aventurero. No tenía rutinas, ni siquiera para escribir", afirmó.
Escribía, como decía él mismo, "cuando la Musa le dictaba o cuando el espíritu lo habitaba. Si no tenía ninguna idea en la cabeza, seguía de largo y no pasaba nada", recordó la presidenta de la fundación borgeana.
Borges "era una persona de muy buen humor. Nunca lo vi enojado. Lo que lo irritaba, sobre todo, eran la estupidez, las personas soberbias, la falta de ética y la falta de respeto por el otro", concluyó María Kodama, en su charla con la BBC (Télam)