Dura condena de Juan Pablo II a la posible guerra contra Irak

Dura condena de Juan Pablo II a la posible guerra contra Irak

El Papa dijo que el mundo también está amenazado por el terrorismo, capaz de atacar en cualquier momento.

LLAMADO DE ATENCION. LLAMADO DE ATENCION.
14 Enero 2003
CIUDAD DEL VATICANO.- Poniendo al Vaticano en camino a una colisión diplomática con Estados Unidos, el papa Juan Pablo II condenó una posible guerra contra Irak, al decir que podía evitarse y que sería una derrota para la humanidad.
"¡No a la guerra¡ La guerra no siempre es inevitable. Siempre es una derrota para la humanidad", dijo el Papa, en su discurso anual sobre el estado del mundo, a diplomáticos de 175 países acreditados ante el Vaticano.
Varios diplomáticos dijeron que sus palabras duras y claras parecían indicar el inicio de una nueva crisis diplomática con Estados Unidos, una repetición de la que se registró entre la Santa Sede y Washington durante la Guerra del Golfo Pérsico en 1991."¿Y qué vamos a decir de la amenaza de una guerra que podría golpear a Irak, la tierra de los profetas, un pueblo que ya ha estado dolorosamente a prueba por más de 12 años de embargo?", dijo el Pontífice.
"La guerra no es nunca sólo otro medio que uno puede elegir para resolver las diferencias entre naciones", afirmó el Papa, en una clara referencia a la acumulación de fuerzas militares para una posible guerra de Estados Unidos contra Irak.
"La guerra en sí misma es un ataque contra la vida humana, ya que deja tras de sí sufrimiento y muerte. La batalla por la paz es siempre una batalla por la vida", agregó.

La vía diplomática
El Papa dijo que las leyes internacionales y la diplomacia son los únicos caminos válidos para resolver las diferencias entre los países.
"No se puede decidir a favor de la guerra, aun cuando sea cuestión de asegurar el bien común, excepto como última opción y de acuerdo con condiciones muy estrictas, sin ignorar las consecuencias para la población civil, tanto durante como después de las operaciones militares", señaló.
Las declaraciones del Sumo Pontífice tienen un fuerte soporte en las enseñanzas de la Iglesia Católica respecto de una guerra justa.
Durante la Guerra del Golfo en 1991, las relaciones entre el Vaticano y Estados Unidos se tensaron porque el Papa se negó a declarar de manera inequívoca que el conflicto era justo.
La Iglesia considera que una guerra justa requiere que el uso de la fuerza militar cumpla con una serie de rigurosas condiciones de legitimidad moral.
El Papa dijo que lamentaba el sentimiento de temor en los corazones de la gente de hoy. "El mundo está amenazado no sólo por la guerra, sino también por un terrorismo insidioso capaz de atacar en cualquier momento y en cualquier parte", manifestó. (Reuter- Especial)

Tamaño texto
Comentarios