09 Agosto 2008
El riesgo país sigue subiendo ante el temor sobre el rumbo financiero y fiscal
Calificadoras advierten que retocarán la nota de la deuda dada la falta de confianza en los índices oficiales. Los analistas mantienen su preocupación por la capacidad de repago de los compromisos externos. Los riesgos de vulnerabilidad.
MAS TENSIONES. La aversión al riesgo genera nervios entre los operadores. NA
Las condiciones económicas, sociales, políticas e institucionales de una Nación permiten determinar si un inversor asume riesgos cuando decide volcar su capital para hacer negocios rentables. Es lo que comúnmente en el mercado se denomina riesgo país. En el caso de la Argentina ayer trepó a 724 puntos básicos, su valor más alto desde que el país decidió reestructurar su deuda en 2005.
La medición, efectuada por el Banco JP Morgan a través de su índice EMBI+ (Indicador de Bonos de Mercados Emergentes), permite establecer la sobretasa de los bonos argentinos frente a los del Tesoro de Estados Unidos. Frente a ese contexto de desconfianza, el mercado cerró ayer con un desempeño que profundizó el derrumbe del jueves, ya que el índice Merval cayó en los niveles más bajos desde octubre de 2006 (ayer cerró con pérdidas del 2,16%) y los bonos tuvieron caídas de hasta el 6%. Por si fuera poco, la cotización de la soja en Rosario bajó un 3,7% y se ubica un 27% por debajo del récord de marzo, lo que abre interrogantes para el futuro de los dos superávits gemelos: el comercial, basado en los altos precios de la oleaginosa, y el fiscal, en el que las retenciones tienen significativa importancia, señala un cable de la agencia DyN.
La caída generalizada de acciones, bonos y commodities se produce en momentos en que la calificadora Moody s advierte que preparará una baja en la nota de la deuda argentina y se espera para el lunes la difusión del Indice de Precios al Consumidor oficial, usado para indexar parte de la deuda reestructurada. La desconfianza en la elaboración de ese indicador volvió a reflejarse ayer en la dispar evolución de los bonos.
Moody s confirmó que revisará la calificación de la deuda argentina, para adecuarla a la situación política derivada de la crisis con el campo, que incluye la falta de confianza en los índices oficiales de inflación. “Queremos saber dónde está parada hoy la Argentina”, indicó Gabriel Torres, analista de Moody s, a agencias noticiosas internacionales .
Actualmente, Moody s tiene calificada a la Argentina con “B3”, seis escalones abajo del grado de inversión (investment grade), un lugar de privilegio al que accedieron Brasil y Perú, entre los países de la región. Torres acotó que ponerla un sólo escalón por debajo de esa calificación “sería muy malo para la Argentina, porque se trata de un rating para una economía en default”. La irregular situación del Indec y la injerencia del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en las áreas económicas, que ha sido defendida con vehemencia por la presidenta, Cristina Kirchner, fueron seguidas muy de cerca por los analistas, quienes entienden que sus mediciones carecen de confiabilidad.
En tanto, Standard & Poor s califica a la Argentina cuatro escalones por debajo del investment grade, con una nota “B+”, con una revisión a “negativo” que se dio a conocer el 22 de abril, tras la salida de Martín Lousteau del Gobierno. Por su parte, la calificadora Fitch es la más dura de las tres, ya que evalúa a la Argentina casi con una calificación de cesación de pago restringida para la deuda soberana y una nota “B” para la deuda en moneda local. En general, los analistas manifiestan preocupación sobre las cuentas fiscales, debido al aumento del gasto por encima de los recursos que, junto a la caída de los precios de las commodities, podría aumentar la vulnerabilidad.
La medición, efectuada por el Banco JP Morgan a través de su índice EMBI+ (Indicador de Bonos de Mercados Emergentes), permite establecer la sobretasa de los bonos argentinos frente a los del Tesoro de Estados Unidos. Frente a ese contexto de desconfianza, el mercado cerró ayer con un desempeño que profundizó el derrumbe del jueves, ya que el índice Merval cayó en los niveles más bajos desde octubre de 2006 (ayer cerró con pérdidas del 2,16%) y los bonos tuvieron caídas de hasta el 6%. Por si fuera poco, la cotización de la soja en Rosario bajó un 3,7% y se ubica un 27% por debajo del récord de marzo, lo que abre interrogantes para el futuro de los dos superávits gemelos: el comercial, basado en los altos precios de la oleaginosa, y el fiscal, en el que las retenciones tienen significativa importancia, señala un cable de la agencia DyN.
La caída generalizada de acciones, bonos y commodities se produce en momentos en que la calificadora Moody s advierte que preparará una baja en la nota de la deuda argentina y se espera para el lunes la difusión del Indice de Precios al Consumidor oficial, usado para indexar parte de la deuda reestructurada. La desconfianza en la elaboración de ese indicador volvió a reflejarse ayer en la dispar evolución de los bonos.
Moody s confirmó que revisará la calificación de la deuda argentina, para adecuarla a la situación política derivada de la crisis con el campo, que incluye la falta de confianza en los índices oficiales de inflación. “Queremos saber dónde está parada hoy la Argentina”, indicó Gabriel Torres, analista de Moody s, a agencias noticiosas internacionales .
Actualmente, Moody s tiene calificada a la Argentina con “B3”, seis escalones abajo del grado de inversión (investment grade), un lugar de privilegio al que accedieron Brasil y Perú, entre los países de la región. Torres acotó que ponerla un sólo escalón por debajo de esa calificación “sería muy malo para la Argentina, porque se trata de un rating para una economía en default”. La irregular situación del Indec y la injerencia del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en las áreas económicas, que ha sido defendida con vehemencia por la presidenta, Cristina Kirchner, fueron seguidas muy de cerca por los analistas, quienes entienden que sus mediciones carecen de confiabilidad.
En tanto, Standard & Poor s califica a la Argentina cuatro escalones por debajo del investment grade, con una nota “B+”, con una revisión a “negativo” que se dio a conocer el 22 de abril, tras la salida de Martín Lousteau del Gobierno. Por su parte, la calificadora Fitch es la más dura de las tres, ya que evalúa a la Argentina casi con una calificación de cesación de pago restringida para la deuda soberana y una nota “B” para la deuda en moneda local. En general, los analistas manifiestan preocupación sobre las cuentas fiscales, debido al aumento del gasto por encima de los recursos que, junto a la caída de los precios de las commodities, podría aumentar la vulnerabilidad.
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