09 Julio 2008
REVUELO. La Dipsa intentó clausurar la confitería, ubicada en pleno Barrio Norte. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
El intento de clausura de un bar generó un revuelo en pleno barrio Norte este mediodía. Más de 30 personas se negaron a desalojar la confitería "Las Palmas", ubicada en la esquina de 25 de Mayo y Marcos Paz, al considerar que la medida era en represalia por el público apoyo de sus propietarios al sector ruralista.
Anoche, personal de la Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental (Dipsa) realizó una inspección en el local. Allí, de acuerdo al relato de los dueños, se detectaron irregularidades en la habilitación de la playa de estacionamiento y de dos cámaras de frío. "Hicieron una acta y nos avisaron que teníamos cinco días hábiles para hacer el descargo. Sin embargo, esta mañana volvieron con una orden de clausura y desalojo", explicó Germán Fernández Palma, representante legal del comercio.
Las casi 80 personas que se encontraban adentro, al observar lo que estaba ocurriendo, decidieron protestar y cantaron el Himno Nacional en dos oportunidades. Luego, les avisaron a los inspectores y a los policías que participaron del operativo que no iban a abandonar el local. Los agentes municipales esperaron más de una hora en la vereda del local pero, ante la reacción de los clientes, decidieron marcharse.
Otro de los dueños del restaurante, Marcelo Fernández Palma, destacó que, pese a la tensa situación que vivieron cuando los inspectores se presentaron con la orden de desalojo, el bar siguió funcionando normalmente. "En ningún momento dejamos de atender a la gente que entraba", subrayó Fernández Palma, y agregó que, luego del intento de desalojo, decidieron presentar un recurso de amparo en la Justicia.
Hace dos días, algunos restaurantes de la zona céntrica habían declarado que consideraban "personas no gratas" a los diputados que habían votado a favor del proyecto oficial de suba de las retenciones móviles. LA GACETA.com ©
Anoche, personal de la Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental (Dipsa) realizó una inspección en el local. Allí, de acuerdo al relato de los dueños, se detectaron irregularidades en la habilitación de la playa de estacionamiento y de dos cámaras de frío. "Hicieron una acta y nos avisaron que teníamos cinco días hábiles para hacer el descargo. Sin embargo, esta mañana volvieron con una orden de clausura y desalojo", explicó Germán Fernández Palma, representante legal del comercio.
Las casi 80 personas que se encontraban adentro, al observar lo que estaba ocurriendo, decidieron protestar y cantaron el Himno Nacional en dos oportunidades. Luego, les avisaron a los inspectores y a los policías que participaron del operativo que no iban a abandonar el local. Los agentes municipales esperaron más de una hora en la vereda del local pero, ante la reacción de los clientes, decidieron marcharse.
Otro de los dueños del restaurante, Marcelo Fernández Palma, destacó que, pese a la tensa situación que vivieron cuando los inspectores se presentaron con la orden de desalojo, el bar siguió funcionando normalmente. "En ningún momento dejamos de atender a la gente que entraba", subrayó Fernández Palma, y agregó que, luego del intento de desalojo, decidieron presentar un recurso de amparo en la Justicia.
Hace dos días, algunos restaurantes de la zona céntrica habían declarado que consideraban "personas no gratas" a los diputados que habían votado a favor del proyecto oficial de suba de las retenciones móviles. LA GACETA.com ©
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