19 Junio 2008
Le ofrecieron $ 200 y viajó hacia la fatalidad
Carlos Marriera había ido desde Lules hacia Buenos Aires para participar del acto en la Plaza de Mayo, con la ilusión de ver de cerca a Cristina. El joven estaba afiliado al PJ, pero no era un asiduo militante, según admitió su padre. Estaba entusiasmado por viajar con sus amigos. Dos concejales alquilaron los micros.
DE GRAN PORTE. La lámpara que cayó sobre Marriera pesaba unos 10 kilos. DYN
A pesar del entusiasmo previo que mostraba Carlos Marriera por llegar a la Plaza de Mayo, su padre Rubén Marriera no quería darle permiso para el viaje. Pero fue su madre, Lucía Córdoba, la que convenció a su esposo de que le permitiera a su hijo subir al ómnibus. Por esa razón, la mujer ayer, apenas se enteró de la muerte de su hijo, no encontraba consuelo ante semejante sufrimiento.
Le habían ofrecido $ 200 para participar en el acto del oficialismo y “El Gordo”, como le llamaban sus familiares, no dudó un instante. Ese fervor se sostenía en dos razones: iba a conocer la histórica Plaza de Mayo y trataría de ver lo más cerca posible a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
El concejal Roque “Gaby” Salazar (PJ), presidente del Concejo Deliberante de Lules, hizo la oferta a un grupo de jóvenes de esa ciudad para partir el martes a la mañana hacia Buenos Aires. El edil contrató un ómnibus para el traslado. Su par, el concejal Juan Ariel Sánchez (PJ), también dispuso de otro vehículo similar y juntos partieron por la ruta 9.
Con sus 21 años, el joven se había afiliado al Partido Justicialista, pero no era un asiduo militante político -según contó su padre ayer a LA GACETA-.
Hasta diciembre había sido un empleado de la planta transitoria de la Municipalidad de Lules. Después comenzó a cobrar $ 300 en negro, trabajando para algunos punteros políticos, según admitieron sus propios familiares. Era el segundo de cuatro hermanos.
El revoque desgastado de la pared del frente de la casa evidencia la humilde situación en la que vive la familia Marriera. Rubén, el jefe de la familia, es conocido en Lules por su oficio de canillita. Día a día cumple su recorrido rutinario para vender el diario. Ayer, con los ojos cargados de dolor, relató que no quería que su hijo viajara. “Pero qué podía hacer -dijo con resignación-, si él ya es grande. Tal vez se iba igual, porque todos sus amigos ya habían decidido ir”, agregó.
La casa, ubicada sobre la calle Padilla, en el barrio “Orador” de Lules, estaba repleta de vecinos, de familiares y de amigos que fueron llegando después de conocer la noticia. “Al mediodía había ido a retirar a mi hija de la escuela, cuando un amigo me comentó que había ocurrido un accidente en la Plaza de Mayo y me dijo que había muerto un tucumano. En ese momento no pensé nada malo, pero cuando llegué a la casa, mi esposa estaba llorando”, detalló el padre del joven. “A ella la llamaron por teléfono los amigos que habían viajado con ‘El Gordo’ a Buenos Aires. Era un chico sano, lleno de diversión y su única preocupación era jugar a la pelota, donde sea. Cada vez que organizaban un partido, se anotaba”, agregó.
Las condolencias
Alrededor de las 18, el intendente de Lules, César “Kelo” Dip (PJ), visitó a la familia Marriera, en compañía de sus funcionarios del gabinete municipal. Luego, en diálogo con LA GACETA desvinculó cualquier responsabilidad sobre el caso, ya que no viajó a Buenos Aires. “Pasé por la casa a dejarles mis condolencias a los padres y ponerme a disposición de la familia. El municipio no participó de la organización del viaje a Buenos Aires. Al ser un acto partidario, el acto estuvo a cargo del PJ”, afirmó.
El jefe municipal resaltó que trató de acelerar algunos trámites. “Busqué colaborarles en todo lo posible. Nos comunicamos con la Policía Federal para que remita toda la documentación necesaria a los fines de habilitar el traslado del cuerpo y que se aceleren los trámites. Estamos a la espera de que nos digan cuándo llegará para ver si necesitan alguna otra ayuda en el velatorio”, señaló.
El padre de la víctima dijo que había recibido a varios funcionarios. “Creo que también vino una asistente social y me dijeron que estarán a mi disposición, pero nadie me va a devolver a mi hijo”, afirmó con la cabeza gacha y la mirada clavada en el piso, mientras un grupo de mujeres repartía café para aplacar el frío.
Desde Buenos Aires, el dirigente justicialista, Sergio Arroyo, que estuvo en Buenos Aires junto al contingente tucumano, aseguró que Marriera “iba caminando” por los alrededores de la Plaza de Mayo “cuando se desprendió parte de un reflector y le dio en la cabeza”.
“Es una situación muy triste y el gobernador, José Alperovich, se puso a disposición de la familia para lo que fuera necesario”, destacó Arroyo. Mientras tanto, en Lules, todo el mundo quería saber a qué hora llegará el cuerpo de Carlos Marriera. El jefe de emergentología del Siprosa, Juan Masaguer, por su parte, desechó la posibilidad de que el cuerpo del joven sea trasladado a Tucumán en el avión sanitario de la provincia. “Se le está realizando un service en Buenos Aires”, explicó.
Reacciones de pesar
* El gobernador, José Alperovich, y su esposa, la diputada Beatriz Rojkés, no participaron ayer del acto que encabezó la presidenta, Cristina Fernández. Enterados de la muerte del joven tucumano, ambos decidieron, en señal de luto, excusarse de estar presentes en Plaza de Mayo. En la Casa de Gobierno explicaron que Alperovich regresó inmediatamente a su domicilio particular de Tucumán visiblemente compungido por el hecho.
* “Lamento profundamente la desgracia ocurrida en la Plaza de Mayo donde el joven tucumano Carlos perdió la vida. Esta noticia enluta a los tucumanos. No puedo más que manifestar mi pesar por la muerte de este muchacho de 21 años y hacerle llegar mis condolencias a su familia”, expresó el diputado José Ignacio García Hamilton.
* La diputada Rojkes estuvo en el hospital Argerich, en Buenos Aires, apenas se enteró del incidente. Allí, acompañó a los familiares del joven y afirmó que se trató de un hecho infortunado, que podría haberle ocurrido a cualquiera.
Le habían ofrecido $ 200 para participar en el acto del oficialismo y “El Gordo”, como le llamaban sus familiares, no dudó un instante. Ese fervor se sostenía en dos razones: iba a conocer la histórica Plaza de Mayo y trataría de ver lo más cerca posible a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
El concejal Roque “Gaby” Salazar (PJ), presidente del Concejo Deliberante de Lules, hizo la oferta a un grupo de jóvenes de esa ciudad para partir el martes a la mañana hacia Buenos Aires. El edil contrató un ómnibus para el traslado. Su par, el concejal Juan Ariel Sánchez (PJ), también dispuso de otro vehículo similar y juntos partieron por la ruta 9.
Con sus 21 años, el joven se había afiliado al Partido Justicialista, pero no era un asiduo militante político -según contó su padre ayer a LA GACETA-.
Hasta diciembre había sido un empleado de la planta transitoria de la Municipalidad de Lules. Después comenzó a cobrar $ 300 en negro, trabajando para algunos punteros políticos, según admitieron sus propios familiares. Era el segundo de cuatro hermanos.
El revoque desgastado de la pared del frente de la casa evidencia la humilde situación en la que vive la familia Marriera. Rubén, el jefe de la familia, es conocido en Lules por su oficio de canillita. Día a día cumple su recorrido rutinario para vender el diario. Ayer, con los ojos cargados de dolor, relató que no quería que su hijo viajara. “Pero qué podía hacer -dijo con resignación-, si él ya es grande. Tal vez se iba igual, porque todos sus amigos ya habían decidido ir”, agregó.
La casa, ubicada sobre la calle Padilla, en el barrio “Orador” de Lules, estaba repleta de vecinos, de familiares y de amigos que fueron llegando después de conocer la noticia. “Al mediodía había ido a retirar a mi hija de la escuela, cuando un amigo me comentó que había ocurrido un accidente en la Plaza de Mayo y me dijo que había muerto un tucumano. En ese momento no pensé nada malo, pero cuando llegué a la casa, mi esposa estaba llorando”, detalló el padre del joven. “A ella la llamaron por teléfono los amigos que habían viajado con ‘El Gordo’ a Buenos Aires. Era un chico sano, lleno de diversión y su única preocupación era jugar a la pelota, donde sea. Cada vez que organizaban un partido, se anotaba”, agregó.
Las condolencias
Alrededor de las 18, el intendente de Lules, César “Kelo” Dip (PJ), visitó a la familia Marriera, en compañía de sus funcionarios del gabinete municipal. Luego, en diálogo con LA GACETA desvinculó cualquier responsabilidad sobre el caso, ya que no viajó a Buenos Aires. “Pasé por la casa a dejarles mis condolencias a los padres y ponerme a disposición de la familia. El municipio no participó de la organización del viaje a Buenos Aires. Al ser un acto partidario, el acto estuvo a cargo del PJ”, afirmó.
El jefe municipal resaltó que trató de acelerar algunos trámites. “Busqué colaborarles en todo lo posible. Nos comunicamos con la Policía Federal para que remita toda la documentación necesaria a los fines de habilitar el traslado del cuerpo y que se aceleren los trámites. Estamos a la espera de que nos digan cuándo llegará para ver si necesitan alguna otra ayuda en el velatorio”, señaló.
El padre de la víctima dijo que había recibido a varios funcionarios. “Creo que también vino una asistente social y me dijeron que estarán a mi disposición, pero nadie me va a devolver a mi hijo”, afirmó con la cabeza gacha y la mirada clavada en el piso, mientras un grupo de mujeres repartía café para aplacar el frío.
Desde Buenos Aires, el dirigente justicialista, Sergio Arroyo, que estuvo en Buenos Aires junto al contingente tucumano, aseguró que Marriera “iba caminando” por los alrededores de la Plaza de Mayo “cuando se desprendió parte de un reflector y le dio en la cabeza”.
“Es una situación muy triste y el gobernador, José Alperovich, se puso a disposición de la familia para lo que fuera necesario”, destacó Arroyo. Mientras tanto, en Lules, todo el mundo quería saber a qué hora llegará el cuerpo de Carlos Marriera. El jefe de emergentología del Siprosa, Juan Masaguer, por su parte, desechó la posibilidad de que el cuerpo del joven sea trasladado a Tucumán en el avión sanitario de la provincia. “Se le está realizando un service en Buenos Aires”, explicó.
Reacciones de pesar
* El gobernador, José Alperovich, y su esposa, la diputada Beatriz Rojkés, no participaron ayer del acto que encabezó la presidenta, Cristina Fernández. Enterados de la muerte del joven tucumano, ambos decidieron, en señal de luto, excusarse de estar presentes en Plaza de Mayo. En la Casa de Gobierno explicaron que Alperovich regresó inmediatamente a su domicilio particular de Tucumán visiblemente compungido por el hecho.
* “Lamento profundamente la desgracia ocurrida en la Plaza de Mayo donde el joven tucumano Carlos perdió la vida. Esta noticia enluta a los tucumanos. No puedo más que manifestar mi pesar por la muerte de este muchacho de 21 años y hacerle llegar mis condolencias a su familia”, expresó el diputado José Ignacio García Hamilton.
* La diputada Rojkes estuvo en el hospital Argerich, en Buenos Aires, apenas se enteró del incidente. Allí, acompañó a los familiares del joven y afirmó que se trató de un hecho infortunado, que podría haberle ocurrido a cualquiera.
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