15 Junio 2008
NO TUVO VUELO. Ibáñez aportó poco y Fontanini respondió bien. LA GACETA / FRANCO VERA
Por Eduardo Herrera - Redacción de LA GACETA.
Al final, ya nada importó. El gol de Pablo López a ocho minutos del final había encendido las gargantas. El aliento contenido de a ratos por el empate que no llegaba se liberó definitivamente y se transformó en un alarido de felicidad. San Martín ya había logrado tres fechas antes el ascenso soñado, pero la ambición que atesoraba desde el comienzo del campeonato seguía latente. El tercer gran salto a Primera ya había sido dado. Faltaba el título y todos se juramentaron no dejarlo escapar.
Atlético Rafaela vino a La Ciudadela con una mínima chance de acceder a la Promoción, pero no sólo dependía de sí mismo. Su planteo, sin embargo, no fue muy osado. Eso sí, corrió mucho, se valió de la tibieza del "santo" en los 45? iniciales para sentirse cómodo con el trámite y hasta irse al intervalo con ventaja mínima en el marcador. Está claro que el cierre del torneo encontró a San Martín en la curva declinante de su rendimiento (en las últimas seis fechas, sacó seis puntos sobre 18). Y eso volvió a advertirse en el partido con los rafaelinos, que pusieron el acento en fortalecer el esquema de contención. Sin explosión ofensiva y con Ibáñez apagado, el local igualmente se las ingenió para engendrar en el primer tiempo llegadas sobre el arco de Airaudo: dos cabezazos de Krikorian y tres oportunidades protagonizadas por Campodónico. La primera, con un remate desviado, Airauldo tapó bien en la segunda y un cruce justo de Fontanini en la última le impidieron al "9" volver a festejar.
Rafaela se afirmó en el medio a partir del oficio de Césaro y el ida y vuelta de Juárez. En 23? un cabezazo de Bazán Vera terminó en el fondo del arco de Caffa, pero el asistente Walter Velaz marcó posición adelantada del atacante.
La acción fue el preludio del tanto de Rafaela: seis minutos después, Zbrum escaló por la izquierda, entregó al medio para Juárez que metió un pase vertical perfecto a espaldas de Monge, buscando a Bazán Vera. Esta vez el ex Almagro partió habilitado y resolvió con calidad ante el achique Caffa. Golazo. Enseguida, un tiro libre de Césaro fue rechazado con dificultad por el arquero entrerriano.
Dos de las tres ocasiones de riesgo que le contabilizamos a Campodónico sucedieron con el 0-1 ya puesto. El resultado siguió inalterado hasta el cierre de esa mitad y 37? más de la segunda. Rafaela (con siete amonestados) se fue metiendo atrás y la consigna de aguantar se robusteció tras la expulsión de Walter Serrano. Con las pulsaciones a mil y la ansiedad del "santo" aflorando en cada intento ofensivo, Pablo López metió la testa para convertir su gol, nada menos que el del campeonato, el de la gloria infinita. Para que el "santo" mantenga inconquistable su bastión de La Ciudadela desde hace más de un año y para que la fiesta sea inolvidable y total.
Al final, ya nada importó. El gol de Pablo López a ocho minutos del final había encendido las gargantas. El aliento contenido de a ratos por el empate que no llegaba se liberó definitivamente y se transformó en un alarido de felicidad. San Martín ya había logrado tres fechas antes el ascenso soñado, pero la ambición que atesoraba desde el comienzo del campeonato seguía latente. El tercer gran salto a Primera ya había sido dado. Faltaba el título y todos se juramentaron no dejarlo escapar.
Atlético Rafaela vino a La Ciudadela con una mínima chance de acceder a la Promoción, pero no sólo dependía de sí mismo. Su planteo, sin embargo, no fue muy osado. Eso sí, corrió mucho, se valió de la tibieza del "santo" en los 45? iniciales para sentirse cómodo con el trámite y hasta irse al intervalo con ventaja mínima en el marcador. Está claro que el cierre del torneo encontró a San Martín en la curva declinante de su rendimiento (en las últimas seis fechas, sacó seis puntos sobre 18). Y eso volvió a advertirse en el partido con los rafaelinos, que pusieron el acento en fortalecer el esquema de contención. Sin explosión ofensiva y con Ibáñez apagado, el local igualmente se las ingenió para engendrar en el primer tiempo llegadas sobre el arco de Airaudo: dos cabezazos de Krikorian y tres oportunidades protagonizadas por Campodónico. La primera, con un remate desviado, Airauldo tapó bien en la segunda y un cruce justo de Fontanini en la última le impidieron al "9" volver a festejar.
Rafaela se afirmó en el medio a partir del oficio de Césaro y el ida y vuelta de Juárez. En 23? un cabezazo de Bazán Vera terminó en el fondo del arco de Caffa, pero el asistente Walter Velaz marcó posición adelantada del atacante.
La acción fue el preludio del tanto de Rafaela: seis minutos después, Zbrum escaló por la izquierda, entregó al medio para Juárez que metió un pase vertical perfecto a espaldas de Monge, buscando a Bazán Vera. Esta vez el ex Almagro partió habilitado y resolvió con calidad ante el achique Caffa. Golazo. Enseguida, un tiro libre de Césaro fue rechazado con dificultad por el arquero entrerriano.
Dos de las tres ocasiones de riesgo que le contabilizamos a Campodónico sucedieron con el 0-1 ya puesto. El resultado siguió inalterado hasta el cierre de esa mitad y 37? más de la segunda. Rafaela (con siete amonestados) se fue metiendo atrás y la consigna de aguantar se robusteció tras la expulsión de Walter Serrano. Con las pulsaciones a mil y la ansiedad del "santo" aflorando en cada intento ofensivo, Pablo López metió la testa para convertir su gol, nada menos que el del campeonato, el de la gloria infinita. Para que el "santo" mantenga inconquistable su bastión de La Ciudadela desde hace más de un año y para que la fiesta sea inolvidable y total.
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