Cartas de lectores

COLAS
¿Es que acaso los funcionarios públicos no tienen cinco minutos para pensar cómo se puede hacer para que los ciudadanos no tengan que hacer colas interminables y a altas horas de la madrugada para atenderse en  cualquier repartición pública? Es de terror e inhumano ver a personas de edad avanzada haciendo colas para ser atendidas en oficinas públicas, llámense: Hospitales, Anses, AFIP, Centros de Atención primaria, etcétera. Permitir o consentir que nuestros viejitos se pasen haciendo colas a altas horas de la madrugada define a los funcionarios como seres inhumanos; por lo tanto, no están a la altura de lo que debe ser su tarea: empleados del pueblo a los que les paga el pueblo. Propongo que los que están a cargo de la atención de la gente, den números para el día siguiente y el subsiguiente, porque dar 100 números por día obliga a muchos ancianos a madrugar y no tener respuestas a sus necesidades, y si son temas de salud, hasta les puede costar la vida.



TRANSPORTE
En respuesta a la carta al lector del 31/5 y al editorial del 3/6, aclaro que la Dirección General de Transporte, en su carácter de autoridad de aplicación de las leyes Nº 24.449, 6.210, 7.475 y del decreto acuerdo Nº 19/7 - MSC - 2007 -alcoholemia- realiza diariamente rigurosos controles en rutas y caminos de la provincia con la premisa de preservar vidas y bienes de terceros, aun a riesgo de vida de nuestros inspectores. Me permito recordarle que cuando ellos realizan los controles, reciben toda clase de improperios, y hasta se llega a las agresiones físicas. Las inspecciones y controles que se realizan, no se hacen con la finalidad de aplicar sólo multas. Estas vienen como consecuencia de la irresponsabilidad y el poco apego a la ley de algunos transportistas y conductores. Por último, quien hoy ocupa la dirección del organismo, antes se desempeñó como subdirector, y el hecho de ser abogado no lo invalida para ejercer el cargo de director que le asignó el gobernador de la provincia.



PERROS CALLEJEROS
El control de poblaciones caninas debe ser efectuado por servicios veterinarios oficiales, siguiendo normas técnicas que sería muy extenso describir aquí, pero se basa en parámetros fundamentales que interactúan entre ellos. Se trata de tenencia responsable, identificación, recolección, esterilización masiva, reubicación y eventualmente eutanasia sanitaria. Esta situación de caos -la presencia de canes en las calles- se debe a un conjunto de causas, responsabilidades, falta de cumplimiento de leyes, reglamentaciones y de compromiso de los distintos entes y de la comunidad en general. El control debe estar encuadrado dentro de áreas de prevención en salud pública, pero siguiendo normativas de la OMS y de la WSPA (World Society for the Protection of Animals). Las acciones mencionadas permiten comprender la dinámica de crecimiento de las poblaciones y cuáles son los factores responsables de la superpoblación. Esta información es la base para implementar medidas de control en forma científica y técnica adecuada. La eutanasia sanitaria como único medio de control ha sido descartada científicamente, aunque en ocasiones puede ser necesaria. Hace falta una fuerte decisión política, continuidad y recursos adecuados, para que deje de ser una simple expresión de deseo o una disposición coyuntural. Este aspecto, entre otros, de la Vigilancia Epidemiológica de la Rabia se encuentra especificado en el Programa de Control de Rabia Canina, de mi autoría, vigente y aprobado por resoluciones del Siprosa y de la Legislatura.


APROVECHAR TODO
Viendo un filme sobre la región de Toscana, Italia, hemos tomado conciencia de la diferencia entre un país del primer y del cuarto mundo en el que nos han sumido. Es una región muy pobre. El aceite que se consume es de oliva. En la película se ve cómo toda la familia colabora en la cosecha. A uno de ellos se le caen tres frutos, se agacha y los recoge. En una máquina cooperativa se prensa y se lleva la producción. Esa es la diferencia entre los países. Aquí obramos de otra forma, ya que el suelo está muy bajo y el costo de agacharse es superior a lo que se junta. Usamos miles de hectáreas donde se “tira” la semilla, se vive en el pueblo y luego de seis meses se pasa la cosechadora y se manda a la fábrica. Luego se compra el aceite en el súper. En esos países milenarios, todo se aprovecha. Cuando vienen y ven la inmensa superficie desperdiciada, se dan cuenta del porqué los estafaron en U$S 20.000 millones. Es más fácil pedir y robar que trabajar. Los ancestros que aquí llegaron sabían agacharse; los descendientes olvidaron eso. La tierra está en el suelo y si se trata bien, es noble y fecunda. Sólo que no hay que maltratarla. Todo está previsto y equilibrado, pero sabemos más y “todo se destruye y nada se transforma”, al revés de lo que dijo Lavoisier.



BIOCARBURANTES
El impacto de los biocarburantes en los precios de los alimentos muestra que no es lo que algunos dan a entender. A pesar de que Estados Unidos es el primer productor mundial de biocarburantes y estos están, además, constituidos sobre todo por bioetanol procedente de maíz, según un estudio de la Universidad de Nebraska, los biocarburantes sólo son responsables de una parte muy modesta del aumento  de los precios de los productos alimentarios en ese país. El estudio estima que sólo es atribuible a los biocarburantes un 1,2% de incremento de precio de los alimentos en los últimos dos años, que son en los que se ha producido el boom del bioetanol. El precio de los cereales sólo influye entre un 0,5%-1 % en los gastos del consumidor norteamericano, aunque en países con inseguridad alimentaria (países que no tienen asegurado el abastecimiento), este porcentaje puede ser superior. Un gran aumento del precio de los cereales, que puede ser un inconveniente para los países en desarrollo, tiene consecuencias  devastadoras sobre la economía de las familias de los países más pobres. El estudio comentado señala, sin embargo, que para la economía de los productores agrarios de los países pobres el aumento de precios ha sido muy beneficioso. La principal perjudicada es la población consumidora -principalmente urbana- de estos países.



SENDA PEATONAL
Es común que los automovilistas -y más aún los motociclistas- detenidos en las equinas semaforizadas salgan a la carrera al momento en que las luces de los semáforos de la calle perpendicular se ponen en amarillo, mucho antes de que se pongan en verde las de la calle por la que circulan. Esto hace que el peatón, que cruza correctamente, quede atrapado, por lo que resulta toda una aventura tratar de llegar ileso al final del cruce de la calzada. ¿Es, en nuestra ciudad, realmente seguro cruzar la calle por la senda peatonal?