27 Mayo 2008
BOGOTA.- Durante 44 años, Marulanda se mantuvo al frente de la guerrilla que, al comienzo de esta década, llegó a tener 17.000 combatientes y un poder que puso en jaque al Estado. Sus 70 frentes operativos actúan ahora sobre todo en zonas selváticas del este y sur del país. Sus enclaves son los departamentos de Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo, donde están las mayores zonas productoras de cocaína.
Tras el fracasado diálogo de paz de 2002, cuando gobernaba Colombia Andrés Pastrana, el Ejército lanzó una ofensiva, con apoyo de EEUU, que minó la estructura logística y de comunicaciones del grupo rebelde. Al así llamado "Plan Colombia", una estrategia para combatir el narcotráfico y la guerrilla diseñada por Pastrana y para la que Washington ha aportado U$S 4.000 millones, el actual gobierno de Alvaro Uribe (elegido en 2002) sumó el "Plan Patriota", una ofensiva en el sureste del país, con helicópteros que movilizan rápidamente las tropas y aviones de espionaje que detectan con cámaras infrarrojas movimientos de gente, lo que obligó a las FARC a fragmentarse en pequeños grupos.La ofensiva de Uribe logró también contener muchos ataques a poblados y generó una sensación de tranquilidad que llevó a su reelección en 2006. Este año, las FARC sufrieron tres grandes pérdidas en la cúpula, y mandos medios desertaron o fueron capturados. Tantos reveses han dejado malherida el ala militar, pero el poder de fuego se ha conservado.
Tras el fracasado diálogo de paz de 2002, cuando gobernaba Colombia Andrés Pastrana, el Ejército lanzó una ofensiva, con apoyo de EEUU, que minó la estructura logística y de comunicaciones del grupo rebelde. Al así llamado "Plan Colombia", una estrategia para combatir el narcotráfico y la guerrilla diseñada por Pastrana y para la que Washington ha aportado U$S 4.000 millones, el actual gobierno de Alvaro Uribe (elegido en 2002) sumó el "Plan Patriota", una ofensiva en el sureste del país, con helicópteros que movilizan rápidamente las tropas y aviones de espionaje que detectan con cámaras infrarrojas movimientos de gente, lo que obligó a las FARC a fragmentarse en pequeños grupos.La ofensiva de Uribe logró también contener muchos ataques a poblados y generó una sensación de tranquilidad que llevó a su reelección en 2006. Este año, las FARC sufrieron tres grandes pérdidas en la cúpula, y mandos medios desertaron o fueron capturados. Tantos reveses han dejado malherida el ala militar, pero el poder de fuego se ha conservado.
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