25 Abril 2008
Alberdi y la educación
Daba importancia al estudio de las matemáticas.
Por Carlos Páez de la Torre (h) - Redacción LA GACETA.

En las “Obras completas”, considera que Bernardino Rivadavia, en sus ensayos de educación secundaria, erró al preferir “las ciencias morales y filosóficas” a las “ciencias prácticas y de aplicación”. Su “Colegio de Ciencias Morales” debió haberse llamado “Colegio de Ciencias Exactas y de Artes aplicadas a la industria”. No era, decía, que la moral deba olvidarse. “Sé que sin ella la industria es imposible. Pero los hechos prueban que se llega a la moral más presto por el camino de los hábitos laboriosos y productivos de esas nociones honestas, que no por la instrucción abstracta.
Estos países necesitan más de ingenieros, de geólogos y naturalistas, que de abogados y teólogos”. Consideraba (“Escritos póstumos”) que “la instrucción es una parte de la educación, pero sólo una parte; la instrucción es la cultura de la inteligencia; la educación es la cultura de la voluntad, la formación del carácter, la composición del temperamento”. Tal era la “doble cultura” en que residía “la cuestión general de la educación”. Educación e instrucción, “no sólo no son la misma cosa, sino que a menudo están separadas y se excluyen recíprocamente.
De ahí los ejemplos infinitos de hombres perversos y dañinos que son inteligentes e instruidos, y de hombres ignorantes llenos de bondad y de cultura en su conducta”.
En las “Obras completas”, hay un párrafo sobre las matemáticas. Decía que “los estudios matemáticos no son necesarios por la utilidad de sus fórmulas: semejante interés sería muy secundario. Su conveniencia viene de que las matemáticas son el mejor medio de educar nuestras cabezas orientales y españolas en las prácticas del método, de la lógica y del orden. Ellas dan disciplina a nuestras facultades exaltadas, nos acostumbran a la perseverancia y refrenan los arrebatos de la imaginación”.
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