19 Marzo 2008
EL QUE LLEGA. Otro Fernández se agrega a la lista de funcionarios.
Buenos Aires.- En forma sorpresiva y en una decisión que pone fin a un enfrentamiento interno en el Gobierno, la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, cortó ayer por lo sano y echó a los titulares de la AFIP, Alberto Abad, y de la Aduana, Ricardo Echegaray, dos funcionarios que venían protagonizando un duro cruce. El anuncio oficial lo realizó anoche en Casa de Gobierno el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien informó que al frente del organismo recaudador se desempeñará Carlos Rafael Fernández, hasta ahora a cargo de la Secretaría de Evaluación Presupuestaria de esa jefatura. En rueda de prensa, Fernández dijo que la jefa de Estado aceptó las renuncias de ambos funcionarios, quienes alegaron motivos personales en sus dimisiones. Aún no fue designado el reemplazante de Echegaray al frente de la Dirección General de Aduanas, señaló Fernández, luego de una reunión con la Jefa de Estado, el ministro de Economía, Martín Lousteau, y el secretario de la Presidencia, Luis Zanini. Abad y Echegaray fueron protagonistas en los últimos días de una dura puja interna, pese a que el titular de la Aduana dependía del organismo recaudador. Según trascendidos, las diferencias entre ambos no son nuevas y tomaron mayor intensidad en los últimos días vinculados con la disparidad de criterios que tenían respecto de cambios del sistema informático aduanero para controlar las exportaciones e importaciones, conocido como “Sistema María“, entre otros motivos. El conflicto se profundizó la semana pasada tras el cuestionamiento público y judicial que realizó Echegaray al sistema informático, una postura criticada por Abad toda vez que hacía más vulnerable los controles. Sin embargo, Echegaray se defendió diciendo que las presentaciones judiciales se habrían hecho para evitar futuras causas por incumplimiento de funcionario público. El santacruceño Echegaray es un funcionario cercano al ex presidente Néstor Kirchner y en los últimos tiempos habría mostrado cierta autonomía en el manejo del organismo.De manera que, en esa interna, se mezclaron algunos ingredientes políticos. Abad estaba al frente de la AFIP desde el 6 de marzo de 2002, y era uno de los funcionarios que mayor reconocimiento tenía por parte de economistas y especialistas en general. Es una figura de permanencia casi permanente en los diferentes gobiernos justicialistas, en los que se desempeñó como titular de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), interventor del PAMI y vicejefe de Gabinete durante la gestión de Carlos Menem. Desde 2002 ocupaba la titularidad de la AFIP con los presidentes Eduardo Duhalde, Kirchner y Cristina Fernández. El titular del organismo recaudador tenía mandato hasta el 31 de diciembre de este año, pero la Presidenta adelantó su salida. (NA-DyN)
GENESIS DE LA DISPUTA
* Abad había pedido la renuncia de Echegaray porque consideraba que las críticas al sistema María perjudicaban el control del comercio exterior.
* El ex titular de la AFIP le cuestionaba a Echegaray que había anticipado por la prensa la intención de hacer una licitación para un nuevo sistema de control aduanero.
* Los funcionarios manejaban distintos criterios respecto del manejo de personal, lo que provocó la reubicación de funcionarios y pedidos de renuncias.
* Abad ya había asumido una actitud similar cuando despidió al anterior titular de la Aduana, José Sbatella, por opinar sobre licitaciones que estaban en marcha.
GENESIS DE LA DISPUTA
* Abad había pedido la renuncia de Echegaray porque consideraba que las críticas al sistema María perjudicaban el control del comercio exterior.
* El ex titular de la AFIP le cuestionaba a Echegaray que había anticipado por la prensa la intención de hacer una licitación para un nuevo sistema de control aduanero.
* Los funcionarios manejaban distintos criterios respecto del manejo de personal, lo que provocó la reubicación de funcionarios y pedidos de renuncias.
* Abad ya había asumido una actitud similar cuando despidió al anterior titular de la Aduana, José Sbatella, por opinar sobre licitaciones que estaban en marcha.