24 Febrero 2008
"Mucha gente continúa creyendo que la frase "El VIH/Sida es un problema de todos" no lo implica. Y en verdad no es así", enfatiza Claudia Lucena. En muchos años de experiencia en el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual, la infectóloga, que se formó en el hospital Padilla, ha aprendido que los mayores obstáculos para enfrentar esas patologías están en una sociedad que cree que el VIH- sida es un mal ajeno y lejano, y en un sistema de salud que sigue siendo asistencialista y parcializado.
- ¿Cuándo se creó la Unidad Coordinadora de VIH -sida y de enfermedades de transmisión sexual de la Provincia, que usted dirige?
- La Unidad se creó a fines de 2000, comienzos de 2001, y el programa arrancó en 1994. Yo me hice cargo del Programa de Sida en 2003. Antes había estado en el servicio en el Padilla con el doctor Costilla Campero, y veíamos tantos jóvenes tan enfermos que sentimos la necesidad de trabajar en prevención. En 2003 me hago cargo. Lo primordial en el segundo nivel era que no cayera la provisión de medicamentos para las personas que estaban bajo tratamiento retroviral de alta eficacia.
-¿Ese programa existe en todas las provincias?
-Sí, pero en algunas estuvo escindido durante mucho tiempo: por un lado VIH-sida, y por el otro las enfermedades de transmisión sexual. Lo que quería hacer Gustavo Costilla, mi ex jefe de servicio y amigo era unir las dos cosas, porque se trabaja sobre lo mismo. El programa es monitoreado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que también monitorea programas de La Matanza, de Santiago del Estero y de La Rioja. Uno de nuestros ejes es el trabajo con organizaciones de la Sociedad Civil. Hemos desarrollado y ejecutado varios proyectos, como "Paku", que en quichua quiere decir "transmitir conocimiento", que está dirigido a niños y niñas adolescentes no escolarizados y a mujeres en situación de pobreza. Lo presentamos ante el Fondo Global de lucha contra el sida, que financia proyectos de prevención, y uno de cuyos aportantes es la Fundación de Bill y Melinda Gates. Conseguimos fondos, lo que es muy importante. Porque es muy difícil hacerle entender a un sistema de salud fundado en un modelo asistencialista que tiene que destinar fondos para prevención. Este es un sistema en el que prima la asistencia por sobre la prevención.
- ¿Cuántos infectados hay en Tucumán?
- Un acumulado de 780, entre personas con VIH y con sida, y en tratamiento hay aproximadamente 300 personas. La mortalidad registra un descenso importante, lo mismo que el diagnóstico de sida avanzado. Y esto pasa en el mundo. Han caído las hospitalizaciones por sida y por enfermedades relacionadas, lo mismo que la mortalidad.
-¿Cómo se logró ese descenso?
- Por la cronificación de la infección, que se ha logrado con la terapia antiretroviral de alta eficacia, y por la accesibilidad a los tratamientos de las enfermedades oportunistas.
- ¿Llegan los medicamentos a tiempo?
- Los medicamentos que llegan al sistema están llegando en tiempo y forma. Nosotros tenemos stock.
- ¿La población sabe cuáles son los modos posibles de contagio?
- Mientras no haya un acceso universal a la información, el conocimiento es desigual. Hay personas que todavia, en nuestra comunidad, se han quedado con conceptos viejos. Y eso es un problema. Mucha gente cree que ser seropostivo (tener VIH) es lo mismo que sida, o que cuando le dan el diagnóstico está condenado a muerte. Y es muy importante romper esta ecuación. Sida no es igual a muerte, y tampoco es lo mismo tener VIH que tener sida. Hay un desconocimiento de las infecciones de transmión sexual, lo que hace que el virus se disemine más. Es por esto que necesitamos una respuesta ampliada y multisectorial a la epidemia; que a la par de la prevención demos respuestas a nuestros comprovincianos que ya están afectados por el VIH/Sida.
-Hay muchas mamás adolescentes con VIH?
- La edad promedio en nuestra población es de 30 años, aunque hemos tenido embarazos adolescentes y seropositivos al mismo tiempo, lo que es un indicador de que hay que trabajar mucho con los adolescentes. Evidentemente están iniciando relaciones sexuales y están adquiriendo VIH al mismo tiempo.
- ¿Sigue el mito de que es de una enfermedad de homosexuales?
- Por ese mito, a comienzos de los 80 mucha gente que no estaba en ese colectivo se descuidó. Sucedió que toda la población heterosexual, fundamentalmente las mujeres, se descuidaron totalmente. Hoy, la población más vulnerable somos las mujeres. Lamentablemente, todavía en nuestra cultura, a pesar de que hablamos de igualdad de derechos jurídicos ante la ley, en los hechos no es así. Así como todavía muchas dependen del varón en el sustento, también el varón decide cuándo va a tener relaciones sexuales con ella, y si van a ser protegidas o no. Y si sospecha de la infidelidad del varón, tampoco puede revelarlo.
-¿Pero se ven avances?
- En las comunidades la respuesta de la gente es increíble. Algunos municipios han dado muestras de gran compromiso. Pero no sólo es importante que cada comunidad dé una respuesta en la prevención de la infección con VIH, sino en la ayuda a los ya infectados, que en la mayoría de los casos viven una situación muy difícil. Queremos que haya líderes en este tema, tanto en los municipios como en los servicios de salud de cada zona. Muchas personas que viven con el virus trabajan codo a codo en el voluntariado con el equipo de la Unidad Coordinadora de VIH/sida. Son mujeres, hombres de todas las edades. Los quiero y admiro, y respeto muchísimo su trabajo. He aprendido mucho de ellos: cómo sobreponerse a vivir con VIH y llevar a delante sus vidas, sus proyectos, su trabajo (los que aún lo tienen) y criar a sus hijos, entre otras cosas. He aprendido con ellos y ellos conmigo en estos años de trabajo. Muchos todavía tienen temor al estigma y a la discriminación, que continúan vigente.
- ¿Hay zonas de Tucumán en las que hay más presencia del virus que en otras?
- No hay departamento en nuestra provincia en el que no vivan personas con VIH, si bien Capital, Cruz Alta, Tafí Viejo y Lules -los departamentos que rodean a San Miguel- son los que más casos tienen notificados. Esto sucede a nivel país, ya que es una epidemia urbana y periurbana. Algunos continúan creyendo que el VIH/sida no es un problema de todos. En esto, el liderazgo es clave. Hay presidentes, por ejemplo en Centroamérica, que en la Campañas de testeo Voluntario de VIH han pasado a realizarse el examen. Acciones de este tipo fomentan y animan a otros a realizarlo, a perder el miedo, a mitigar el estigma y la discriminación.
- ¿Sobre qué ejes hay que trabajar?
-Además del trabajo interdisciplinario y de la prevención hay que trabajar fuerte en educación sexual, con la institución escolar. Al comenzar el año escolar 2007 tuvimos que intervenir en por lo menos cinco escuelas, por cuestiones relacionadas con discriminación en el ingreso escolar de algunos niños cuyas mamás tenían VIH. Nos reunimos con supervisoras. Pero nos encontramos con que el problema no eran las supervisoras, sino la directora o las maestras, que desconocían totalmente la cuestión.
- Sin embargo, hay legislación al respecto...
- Hay una ley provincial del año 2005, la 7552, que establece la obligatoriedad de la capacitación sobre el tema en el sistema educativo. Pero no vemos que el sistema educativo asuma protagonismo al respecto. Por otra parte, hay que trabajar con los padres, que creen que el principal problema de una hija puede ser el embarazo. Pero un embarazo se "resuelve" en nueve meses. Y el HIV se lleva toda la vida. Los padres lo ven al embarazo como problema, pero no lo ven al HIV como problema. Con la educación sexual se puede trabajar sobre las dos cuestiones.
- ¿Cuándo se creó la Unidad Coordinadora de VIH -sida y de enfermedades de transmisión sexual de la Provincia, que usted dirige?
- La Unidad se creó a fines de 2000, comienzos de 2001, y el programa arrancó en 1994. Yo me hice cargo del Programa de Sida en 2003. Antes había estado en el servicio en el Padilla con el doctor Costilla Campero, y veíamos tantos jóvenes tan enfermos que sentimos la necesidad de trabajar en prevención. En 2003 me hago cargo. Lo primordial en el segundo nivel era que no cayera la provisión de medicamentos para las personas que estaban bajo tratamiento retroviral de alta eficacia.
-¿Ese programa existe en todas las provincias?
-Sí, pero en algunas estuvo escindido durante mucho tiempo: por un lado VIH-sida, y por el otro las enfermedades de transmisión sexual. Lo que quería hacer Gustavo Costilla, mi ex jefe de servicio y amigo era unir las dos cosas, porque se trabaja sobre lo mismo. El programa es monitoreado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que también monitorea programas de La Matanza, de Santiago del Estero y de La Rioja. Uno de nuestros ejes es el trabajo con organizaciones de la Sociedad Civil. Hemos desarrollado y ejecutado varios proyectos, como "Paku", que en quichua quiere decir "transmitir conocimiento", que está dirigido a niños y niñas adolescentes no escolarizados y a mujeres en situación de pobreza. Lo presentamos ante el Fondo Global de lucha contra el sida, que financia proyectos de prevención, y uno de cuyos aportantes es la Fundación de Bill y Melinda Gates. Conseguimos fondos, lo que es muy importante. Porque es muy difícil hacerle entender a un sistema de salud fundado en un modelo asistencialista que tiene que destinar fondos para prevención. Este es un sistema en el que prima la asistencia por sobre la prevención.
- ¿Cuántos infectados hay en Tucumán?
- Un acumulado de 780, entre personas con VIH y con sida, y en tratamiento hay aproximadamente 300 personas. La mortalidad registra un descenso importante, lo mismo que el diagnóstico de sida avanzado. Y esto pasa en el mundo. Han caído las hospitalizaciones por sida y por enfermedades relacionadas, lo mismo que la mortalidad.
-¿Cómo se logró ese descenso?
- Por la cronificación de la infección, que se ha logrado con la terapia antiretroviral de alta eficacia, y por la accesibilidad a los tratamientos de las enfermedades oportunistas.
- ¿Llegan los medicamentos a tiempo?
- Los medicamentos que llegan al sistema están llegando en tiempo y forma. Nosotros tenemos stock.
- ¿La población sabe cuáles son los modos posibles de contagio?
- Mientras no haya un acceso universal a la información, el conocimiento es desigual. Hay personas que todavia, en nuestra comunidad, se han quedado con conceptos viejos. Y eso es un problema. Mucha gente cree que ser seropostivo (tener VIH) es lo mismo que sida, o que cuando le dan el diagnóstico está condenado a muerte. Y es muy importante romper esta ecuación. Sida no es igual a muerte, y tampoco es lo mismo tener VIH que tener sida. Hay un desconocimiento de las infecciones de transmión sexual, lo que hace que el virus se disemine más. Es por esto que necesitamos una respuesta ampliada y multisectorial a la epidemia; que a la par de la prevención demos respuestas a nuestros comprovincianos que ya están afectados por el VIH/Sida.
-Hay muchas mamás adolescentes con VIH?
- La edad promedio en nuestra población es de 30 años, aunque hemos tenido embarazos adolescentes y seropositivos al mismo tiempo, lo que es un indicador de que hay que trabajar mucho con los adolescentes. Evidentemente están iniciando relaciones sexuales y están adquiriendo VIH al mismo tiempo.
- ¿Sigue el mito de que es de una enfermedad de homosexuales?
- Por ese mito, a comienzos de los 80 mucha gente que no estaba en ese colectivo se descuidó. Sucedió que toda la población heterosexual, fundamentalmente las mujeres, se descuidaron totalmente. Hoy, la población más vulnerable somos las mujeres. Lamentablemente, todavía en nuestra cultura, a pesar de que hablamos de igualdad de derechos jurídicos ante la ley, en los hechos no es así. Así como todavía muchas dependen del varón en el sustento, también el varón decide cuándo va a tener relaciones sexuales con ella, y si van a ser protegidas o no. Y si sospecha de la infidelidad del varón, tampoco puede revelarlo.
-¿Pero se ven avances?
- En las comunidades la respuesta de la gente es increíble. Algunos municipios han dado muestras de gran compromiso. Pero no sólo es importante que cada comunidad dé una respuesta en la prevención de la infección con VIH, sino en la ayuda a los ya infectados, que en la mayoría de los casos viven una situación muy difícil. Queremos que haya líderes en este tema, tanto en los municipios como en los servicios de salud de cada zona. Muchas personas que viven con el virus trabajan codo a codo en el voluntariado con el equipo de la Unidad Coordinadora de VIH/sida. Son mujeres, hombres de todas las edades. Los quiero y admiro, y respeto muchísimo su trabajo. He aprendido mucho de ellos: cómo sobreponerse a vivir con VIH y llevar a delante sus vidas, sus proyectos, su trabajo (los que aún lo tienen) y criar a sus hijos, entre otras cosas. He aprendido con ellos y ellos conmigo en estos años de trabajo. Muchos todavía tienen temor al estigma y a la discriminación, que continúan vigente.
- ¿Hay zonas de Tucumán en las que hay más presencia del virus que en otras?
- No hay departamento en nuestra provincia en el que no vivan personas con VIH, si bien Capital, Cruz Alta, Tafí Viejo y Lules -los departamentos que rodean a San Miguel- son los que más casos tienen notificados. Esto sucede a nivel país, ya que es una epidemia urbana y periurbana. Algunos continúan creyendo que el VIH/sida no es un problema de todos. En esto, el liderazgo es clave. Hay presidentes, por ejemplo en Centroamérica, que en la Campañas de testeo Voluntario de VIH han pasado a realizarse el examen. Acciones de este tipo fomentan y animan a otros a realizarlo, a perder el miedo, a mitigar el estigma y la discriminación.
- ¿Sobre qué ejes hay que trabajar?
-Además del trabajo interdisciplinario y de la prevención hay que trabajar fuerte en educación sexual, con la institución escolar. Al comenzar el año escolar 2007 tuvimos que intervenir en por lo menos cinco escuelas, por cuestiones relacionadas con discriminación en el ingreso escolar de algunos niños cuyas mamás tenían VIH. Nos reunimos con supervisoras. Pero nos encontramos con que el problema no eran las supervisoras, sino la directora o las maestras, que desconocían totalmente la cuestión.
- Sin embargo, hay legislación al respecto...
- Hay una ley provincial del año 2005, la 7552, que establece la obligatoriedad de la capacitación sobre el tema en el sistema educativo. Pero no vemos que el sistema educativo asuma protagonismo al respecto. Por otra parte, hay que trabajar con los padres, que creen que el principal problema de una hija puede ser el embarazo. Pero un embarazo se "resuelve" en nueve meses. Y el HIV se lleva toda la vida. Los padres lo ven al embarazo como problema, pero no lo ven al HIV como problema. Con la educación sexual se puede trabajar sobre las dos cuestiones.