21 Febrero 2008
WASHINGTON.- Hillary Clinton, golpeada por diez derrotas consecutivas a manos de su rival Barack Obama, que ganó las últimas en Wisconsin y en Hawaii, está obligada a vencerlo en las primarias en Texas y Ohio, el 4 de marzo, para mantener su chance de ser la candidata presidencial demócrata en los comicios de noviembre.
Aún así, tendrá que ganar con un amplio margen frente a su rival, que no ha perdido ninguna primaria desde el “supermartes” del 5. “Ella necesita ganar en Ohio y en Texas por más de 20 puntos”, advirtió el jefe de campaña de Obama, David Plouffe. No obstante, admitió que Clinton es una dura adversaria y que la pelea está lejos de haber terminado.
Durante una reunión para recaudar fondos, Hillary felicitó a Obama por sus últimas victorias, pero prometió no bajar los brazos. “Necesitamos distinguir entre discursos y soluciones, porque las mejores palabras del mundo no bastan”, afirmó insistiendo en sus acusaciones de vacuidad en los discursos de su rival.
Los dos aspirantes demócratas llegarán hoy a la Universidad de Texas, en Austin, para protagonizar un debate televisivo que promete ser enconado, y en el que Clinton espera darle un nuevo impulso a su campaña.
La tromba
El senador negro por Illinois ha extendido de manera considerable su base electoral y le ha restado apoyos a la ex primera dama. Por ejemplo, entre el electorado blanco femenino obtuvo resultados casi iguales a los de Clinton. Respaldado desde hace tiempo entre los votantes de más alto nivel económico e intelectual, ahora vence a Hillary en la franja de los sin diplomas universitarios y entre los de bajos ingresos. Gana en todas las categorías de edad, salvo entre los de más de 65 años.
El favorito republicano John McCain, que ganó el martes las primarias de Wisconsin y del estado de Washington (noroeste) frente a Mike Huckabee, ya considera que Obama será su oponente en noviembre. “Lucharé todos los días de esta campaña para que los norteamericanos no sean engañados por una llamada al cambio elocuente pero hueca”, dijo McCain, que pretende hacer prevalecer, no sin riesgo, su experiencia sobre la juventud y la supuesta inmadurez política de Obama. Durante largo tiempo, Hillary, de 60 años, usó este ángulo de ataque contra Obama, alabando su vasta trayectoria política frente a su supuestamente inexperto rival de 46 años. (DPA)
Aún así, tendrá que ganar con un amplio margen frente a su rival, que no ha perdido ninguna primaria desde el “supermartes” del 5. “Ella necesita ganar en Ohio y en Texas por más de 20 puntos”, advirtió el jefe de campaña de Obama, David Plouffe. No obstante, admitió que Clinton es una dura adversaria y que la pelea está lejos de haber terminado.
Durante una reunión para recaudar fondos, Hillary felicitó a Obama por sus últimas victorias, pero prometió no bajar los brazos. “Necesitamos distinguir entre discursos y soluciones, porque las mejores palabras del mundo no bastan”, afirmó insistiendo en sus acusaciones de vacuidad en los discursos de su rival.
Los dos aspirantes demócratas llegarán hoy a la Universidad de Texas, en Austin, para protagonizar un debate televisivo que promete ser enconado, y en el que Clinton espera darle un nuevo impulso a su campaña.
La tromba
El senador negro por Illinois ha extendido de manera considerable su base electoral y le ha restado apoyos a la ex primera dama. Por ejemplo, entre el electorado blanco femenino obtuvo resultados casi iguales a los de Clinton. Respaldado desde hace tiempo entre los votantes de más alto nivel económico e intelectual, ahora vence a Hillary en la franja de los sin diplomas universitarios y entre los de bajos ingresos. Gana en todas las categorías de edad, salvo entre los de más de 65 años.
El favorito republicano John McCain, que ganó el martes las primarias de Wisconsin y del estado de Washington (noroeste) frente a Mike Huckabee, ya considera que Obama será su oponente en noviembre. “Lucharé todos los días de esta campaña para que los norteamericanos no sean engañados por una llamada al cambio elocuente pero hueca”, dijo McCain, que pretende hacer prevalecer, no sin riesgo, su experiencia sobre la juventud y la supuesta inmadurez política de Obama. Durante largo tiempo, Hillary, de 60 años, usó este ángulo de ataque contra Obama, alabando su vasta trayectoria política frente a su supuestamente inexperto rival de 46 años. (DPA)