- ¿Cómo llegaste al Método Suzuki?
- Desde niña me sentí inclinada hacia la música y hacia la labor educativa. No es casual: mi mamá es profesora de francés; mi papá, artista plástico y ambos, amantes de la música. A través de la enseñanza de piano logré la síntesis entre mi herencia materna y paterna. Conocí esta metodología en 1996, gracias a mi amiga y colega Ana María Palazzo. Después asistí a un encuentro internacional de profesores, padres y alumnos de este método organizado por el Colegio Clave de Sol (actualmente llamado Educación del Talento Shinichi Suzuki). En 1997 comencé a enseñar allí, hasta 2003. Fue una experiencia muy enriquecedora.
-¿Qué diferencia al Método Suzuki del tradicional?
- El Suzuki se conoce también como Método de la Lengua Materna, pues su creador (el violinista japonés Shinichi Suzuki) creó una metodología que hace posible que el estudio de un instrumento musical sea tan exitoso como lo es aprender la lengua materna. Basándose en la premisa de que todos los niños pueden aprender a hablar muy bien uno o más idiomas cuando se les enseña desde una edad temprana, Suzuki se propone investigar la causa de este éxito. Llega a la conclusión de que la influencia del ambiente en el que crece el chico es determinante para que ese aprendizaje sea tan natural. Esto ocurre no sólo porque el niño está rodeado de su idioma desde antes de nacer, sino también por el apoyo y la confianza que le brinda el entorno durante este proceso. Es por eso que los profesores que aplicamos este método trabajamos en forma conjunta con los padres, tratando de crear un ambiente positivo y optimista para que el pequeño desarrolle su potencial humano y musical. La meta de un profesor Suzuki es doble: educar a la persona por medio de la música, elevando la autoestima y templando el carácter, y educar las habilidades musicales haciendo hincapié en el desarrollo del oído y de la memoria. En la forma tradicional de enseñar música, no siempre está claro que la persona está primero que el músico. Además, mientras tradicionalmente se enseña primero la lectura musical para luego llegar a la música, los profesores Suzuki comenzamos a enseñar desde la música y no desde la teoría. Los niños aprenden primero a hablar y después de años de estar en contacto con su lengua aprenden a leer y escribir. Esto es mucho más estimulante y motivador para los chicos.
-¿Este método puede implementarse en las escuelas?
- La filosofía pedagógica del Método Suzuki puede y debería aplicarse en las escuelas. De hecho, el Colegio Educación del Talento tiene una propuesta pionera en nuestro país, pues busca implementar las bases de esta metodología no sólo en educación musical, sino también en otras áreas.
- ¿Buenos Aires ofrece más que Tucumán a los músicos?
- Buenos Aires es una ciudad cosmopolita, y uno de los centros culturales y económicos más importantes de Latinoamérica. Las grandes empresas auspician la realización de eventos internacionales y la presencia de maestros y músicos reconocidos en el mundo. Esto nos acerca a lo que ocurre en otros centros culturales del planeta. En Buenos Aires se puede proyectar una labor de amplio espectro. En las provincias ocurren cosas muy importantes, y el Método Suzuki es un ejemplo, ya que apareció primero en el interior y hace muy poco tiempo que se enseña en la Capital Federal. Pero cuesta que esos sucesos trasciendan las fronteras locales.
- ¿La Universidad ayuda a la creatividad o la adormece?
- Durante mis años en la Universidad nunca pude comprobar que esta institución se proponga desarrollar la creatividad de los músicos, pero tampoco creo que la adormezca. En mi caso particular he visto a la Universidad como una oportunidad de sistematizar conocimientos, de darles un orden a partir del cual luego seguir creciendo. Nunca esperé que la Universidad me diera las herramientas para desarrollar la creatividad. En todo caso esto corresponde a las instituciones que tienen a su cargo el desarrollo del ser humano en las primeras etapas de su vida. Por otra parte, en el arte, la creatividad forma parte de una búsqueda y de un compromiso muy personales.