10 Marzo 2007
De acuerdo con la simbología católica, un obispo es un pastor que cuida un gran rebaño de ovejas. Monseñor Luis Urbanc comenzará a cumplir esa función a partir de hoy, cuando sea consagrado en el Palacio de los Deportes.
Los obispos cumplen la misión que Jesús le confió a sus Apóstoles: transmitir su palabra. El símbolo que se les otorga y que los identifica con los apostoles es el báculo, que es similar al bastón que usaban los pastores en la antigüedad.
Los obispos pueden ser titulares (con cargo efectivo de una diócesis), eméritos (por determinadas circunstancias dejaron la función efectiva, pero no pierden su rango; es el caso de monseñor Arsenio Raúl Casado, que es obispo emérito de Tucumán y que debió dejar su función por problemas de salud), auxiliares (son designados para asistir a la persona de un obispo) o coadjutores (son los sucesores de un obispo titular que está próximo a retirarse y que desempeñarán funciones con él hasta que llegue el momento de sucederlo definitivamente). Urbanc entra dentro de esta última categoría, ya que Elmer Osmar Miani, obispo titular de Catamarca, que le pidió al papa Benedicto XVI un coadjutor hasta que se retire.
Estructura
Cada obispo está a cargo de una diócesis, que está conformada por un conjunto determinado de parroquias que son manejadas por presbíteros.
Sin embargo, existen los arzobispados, como el de Tucumán. Estos últimos son denominados obispados metropolitanos y de ellos dependen diferentes diócesis. Por ejemplo, Catamarca depende del arzobispado de Salta, mientras que Santiago del Estero y Añatuya, del de Tucumán.
Urbanc aclaró que esta dependencia no implica que cada obispo dependa de un arzobispo para tomar decisiones, sino que el arzobispado sirve de ayuda al obispado cuando este lo requiere. Además, afirmó que esta división es más bien formal y que sirve a la estructura interna de la iglesia. “El arzobispado será el primero en socorrer a un obispado cuando este lo requiera“, explicó.
Cada obispo tiene un escudo episcopal. En la antigüedad, este símbolo era similar a los escudos de las familias nobles y representaba la jerarquía del sacerdote. El de monseñor Luis Urbanc presenta un perfil de montañas blancas sobre el que hay un fondo azul y tres estrellas.
El sacerdote, que será consagrado obispo coadjutor de Catamarca hoy, explicó que el perfil montañoso representa el anagrama de la Virgen, las montañas de esa provincia y las de Eslovenia, país donde nacieron sus padres.
El azul remite al manto de la Virgen del Valle y al cielo, la meta a la que aspiran los cristianos para llegar a la comunión con Dios, explicó Urbanc. Sobre ese fondo azul hay tres estrellas. La mayor, que está en el centro representa a la Caridad, las otras dos la Esperanza y la Fe, que son las tres virtudes teologales.
Detrás de este cuadro aparece un báculo, que es el símbolo que indica que el obispo es un pastor que cuida de un rebaño de fieles. Debajo está la leyenda Fiat Voluntas Tua, que en latín significa Hágase tu voluntad.
Los obispos cumplen la misión que Jesús le confió a sus Apóstoles: transmitir su palabra. El símbolo que se les otorga y que los identifica con los apostoles es el báculo, que es similar al bastón que usaban los pastores en la antigüedad.
Los obispos pueden ser titulares (con cargo efectivo de una diócesis), eméritos (por determinadas circunstancias dejaron la función efectiva, pero no pierden su rango; es el caso de monseñor Arsenio Raúl Casado, que es obispo emérito de Tucumán y que debió dejar su función por problemas de salud), auxiliares (son designados para asistir a la persona de un obispo) o coadjutores (son los sucesores de un obispo titular que está próximo a retirarse y que desempeñarán funciones con él hasta que llegue el momento de sucederlo definitivamente). Urbanc entra dentro de esta última categoría, ya que Elmer Osmar Miani, obispo titular de Catamarca, que le pidió al papa Benedicto XVI un coadjutor hasta que se retire.
Estructura
Cada obispo está a cargo de una diócesis, que está conformada por un conjunto determinado de parroquias que son manejadas por presbíteros.
Sin embargo, existen los arzobispados, como el de Tucumán. Estos últimos son denominados obispados metropolitanos y de ellos dependen diferentes diócesis. Por ejemplo, Catamarca depende del arzobispado de Salta, mientras que Santiago del Estero y Añatuya, del de Tucumán.
Urbanc aclaró que esta dependencia no implica que cada obispo dependa de un arzobispo para tomar decisiones, sino que el arzobispado sirve de ayuda al obispado cuando este lo requiere. Además, afirmó que esta división es más bien formal y que sirve a la estructura interna de la iglesia. “El arzobispado será el primero en socorrer a un obispado cuando este lo requiera“, explicó.
El escudo mostraba la condición nobiliaria de los religiosos
Cada obispo tiene un escudo episcopal. En la antigüedad, este símbolo era similar a los escudos de las familias nobles y representaba la jerarquía del sacerdote. El de monseñor Luis Urbanc presenta un perfil de montañas blancas sobre el que hay un fondo azul y tres estrellas.
El sacerdote, que será consagrado obispo coadjutor de Catamarca hoy, explicó que el perfil montañoso representa el anagrama de la Virgen, las montañas de esa provincia y las de Eslovenia, país donde nacieron sus padres.
El azul remite al manto de la Virgen del Valle y al cielo, la meta a la que aspiran los cristianos para llegar a la comunión con Dios, explicó Urbanc. Sobre ese fondo azul hay tres estrellas. La mayor, que está en el centro representa a la Caridad, las otras dos la Esperanza y la Fe, que son las tres virtudes teologales.
Detrás de este cuadro aparece un báculo, que es el símbolo que indica que el obispo es un pastor que cuida de un rebaño de fieles. Debajo está la leyenda Fiat Voluntas Tua, que en latín significa Hágase tu voluntad.
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