Lucifer - El cómic que arruinó Fox - Segunda Parte

30 Ene 2016
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Lucifer - Póster promocional de la serie de Fox

Aquí podés leer la primera parte de este informe


En las entrevistas Mike Carey se toma su tiempo para responder cada pregunta. Las medita y transmite un halo de sobriedad en su discurso siempre correcto y amable. Tampoco pretende el chiste fácil o ir a la controversia. Es simplemente un tipo tranquilo que no entra dentro del perfil de los escritores malditos de la literatura. Por eso, uno de los grandes misterios del cómic es por qué  nunca tuvo la fama de Grant Morrison, Warren Ellis y tantos otros que están en su nivel. En su primera obra importante, Lucifer, demuestra el nivel de guión al que puede llegar y que es capaz de manipular los hilos narrativos que van a repercutir en toda la serie desde los primeros números. Un plan narrativo tan grande no es fácil de orquestar, por lo que sus obras pecan de no tener fuerza en los primeros números y, en cierta medida, le cuesta encontrar su voz hasta el cuarto o quinto número, cosa que se repite en la mayoría de las series que ha guionizado.

En Lucifer, Carey tuvo el desafío de lograr algo que esté a la altura de Sandam, cosa que consigue y, encima, el protagonista es uno de los personajes más complejos del cómic
“Pienso que en un primer momento me sentí atraído por su figura por el hecho de que representa un extremo, y un extremo que además está muy, muy lejos de lo que es mi propia personalidad. Es el solipsista definitivo, el tipo que quemaría el mundo entero para encender su cigarrillo. No lo veo como malvado, sino como amoral. Toma sus decisiones exclusivamente acorde a sus criterios, pero casi nunca le hemos visto dañar deliberadamente a nadie y en Estación de Nieblas de Sandman ya apuntaba lo poco que le interesan las almas humanas. Tampoco es particularmente cruel –a pesar de es capaz de mostrar crueldad– sino que está tan centrado en sus propias metas y sus propias necesidades que nadie más existe para él. Es fascinante ver cómo se desarrolla y como afecta a la gente que se cruza en su camino. Y sin embargo, progresivamente, empecé a verlo como una figura trágica. Lo que desea es libertad, y nunca la va a poder tener… no del modo absoluto en el que la quiere. Hay un plan divino del que es parte, y no puede soltar ese lastre independientemente de lo que haga. Así pues, elegí que la línea maestra de la serie fuese precisamente la búsqueda de Lucifer para escapar de la predestinación divina y convertirse en el indiscutible autor de sus propias acciones. Aunque también, por supuesto, va de las muchas vidas de otros seres que se ven inmersos en los colosales movimientos y las maquinaciones que idea Lucifer. Por ello el tono de la serie es difícil de definir: tratamos de compaginar líneas argumentales grandes, míticas y épicas con pequeñas historias de terror a escala humana”. – Expresó Carey en una entrevista publicada en la página Zona Negativa.

 Otro de los temas que tuvo que enfrentar fue la posibilidad de ser catalogado de “satanista”, como sucedió con la serie. Curiosamente, cuando salió el cómic nadie se quejó del tema. Sin embargo, la A.F.A.  (Asociación Familia Americana) intentó boicotear sin éxito el lanzamiento de la serie de TV porque iba a fomentar el satanismo. Una lástima, se hubiesen convertido en héroes. Volviendo al cómic, Carey expresó su postura cuando escribió el cómic “No tuve ningún problema religioso porque soy ateo (y el contexto judeocristiano es para mí un mito como lo pueda ser el japonés o el navajo), pero incluso si no lo fuese creo que sólo estaría cómodo con una fe embravecida por el conocimiento de uno mismo. Lucifer es el lado oscuro de la psique humana al que todos tendríamos que mirar. Sin embargo, sí me admira que no hayamos generado más controversia escogiendo al diablo como protagonista… aunque puede que los cómics simplemente vuelen por debajo del radar cultural de la mayoría de la gente. Con Lucifer no puedes aprobar lo que hace, pero sí puedes ver de dónde viene el personaje y, en cierto sentido, empatizas con la posición en la que se encuentra. Él quiere ser libre… ¿quién no querría?”

Como es mejor evitar complicaciones a la hora de hacer un producto audiovisual, Fox fue por lo seguro a la hora de hacer la serie. Le sacó los niveles de existencia, el trasfondo psicológico, las criaturas mitológicas y mágicas, el peso de la historia judeocristiana, la complejidad de los personajes y poner menos protagonistas. Por supuesto, se olvidaron completamente de adaptar la gran trama. Los policiales están de moda y también los dandis andróginos, por eso, la “trama” es que Lucifer que ahora vive en la tierra (no explican por qué) decide ayudar a una policía a resolver crímenes. Por supuesto, usa un poco sus poderes “demoníacos” para conseguir confesiones de dichos criminales. Intentan que sea una tortura, pero unos gritos no hacen nada.  Lucifer interpretado por Tom Ellis es más un inglés muy refinado con poderes que el señor del inframundo. Es carismático, simpático, chistoso y muy sexual. Está bien, un manipulador amoral que es capaz de lo que sea por cumplir sus planes, no funciona en el público al que apunta Fox. Si leyeron el cómic van a patear el televisor con el meñique.

Es una lástima que ahora que Lucifer da el salto a un público mucho más amplio, lo haga en una serie tan mediocre, poco inspirada y estándar. El cómic en el que está basada es raro. Es una obra que se desprende de uno de los cómics más ricos y profundos de la historia del noveno arte y logra ser aún más profundo y complejo que éste. Es una muestra de la riqueza que se pueden lograr en las viñetas. También es una de las lecturas más inteligentes que van a tener. No se dejen estafar por la serie. Eso no es Lucifer, es cuanto mucho, el tipo malito y simpático de la Fox.

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